"Con franqueza, ¿Qué es lo que se me pregunta?, ¿Si pienso antes de clasificar?, ¿si clasifico antes de pensar?, ¿Cómo clasifico aquello que pienso?, ¿Cómo pienso cuando quiero clasificar?... Cuan tentador es el afán de distribuir el mundo entero según un código único: una ley universal regiriría el conjunto de los fenómenos: dos hemisferios, cinco continentes, masculino y femenino, animal y vegetal, singular plural, derecha izquierda, cuatro estaciones, cinco sentidos, cinco vocales, siete días, doce meses, veintinueve letras.
Lamentablemente no funciona, nunca funcionó, nunca funcionará. Lo cual no impedirá que durante mucho tiempo sigamos clasificando los animales por su número impar de dedos o por sus cuernos.
(Georges Perec: Pensar, clasificar).
La feliz Navidad
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«Aquello era la alegría. Eso que después uno se ha pasado la vida buscando
con palabras estaba ahí, de forma natural, impregnándolo todo como si fuera
el...
Hace 10 horas
