12 noviembre 2014

HISTORIA DE LA FILOSOFÍA 2º BACH, DESCARTES

PARTES II y IV del Discurso del método:

(Aquí van sendos esquemas/resúmenes. En la II parte del texto se ve el método y las cuatro reglas que contiene... En la IV parte se muestra la aplicación del método que permite que se vayan adquiriendo las verdades filosóficas fundamentales. )

Parte II:


Descartes empieza empleando (en la II parte de su obra Discurso del método, que es lo primero que vamos a estudiar) comparaciones que tienen que ver con el urbanismo y la arquitectura, con las leyes que sirven para gobernar los estados, con la religión.

El filósofo considera que lo mismo que las obras humanas en la arquitectura, en el urbanismo, en la legislación están más logradas si se basan en un único criterio de planificación, la filosofía y la ciencia poseerán mayor perfección si se basan en un metodo sistemático de la razón.  De este modo la filosofía y la ciencia no se basarán más en la acumulación de opiniones recibidas, ni se dará cabida a las contradicciones de los sabios y filósofos. En cualquier caso Descartes sostiene que se trata de una reforma personal de sus propias creencias, y no quiere darle alcances políticos. Ni siquiera pretende cambiar la enseñanza académica de las ciencias.Pero no vayamos a pensar que su interés es el de ser un ingeniero urbanista, un arquitecto o un legislador. Está haciendo comparaciones que le interesan para aquello que de verdad le importa, con el fin de ilustrar su tesis de que es necesario un método adecuado que de unidad, que unifique los procedimientos de la filosofía y la ciencia. Y lo que de verdad le importa es
 la "construcción" de una ciencia perfecta y satisfactoria, una ciencia que no puede ser "edificada" por muchas manos.

Porque si intervienen muchas manos y muchas cabezas, entonces, las opiniones pueden ser diversas, diferentes, contradictorias, y producir un desorden que no puede permitirse en el ámbito de la ciencia, la cual tiene que ser rigurosa, exacta, ordenada...

Pero sabemos que la inteligencia humana tiene que fijarse en lo que ya han hecho otros, aunque sea para descartarlo si no vale, así que el filósofo francés se pone a buscar en sus enseñanzas (en las cosas que ha ido aprendiendo en su educación), a ver si encuentra algo que le sirva como un método adecuado que dé unidad a la filosofía y la ciencia.

Así que vemos que ese método lo encuentra en la forma de utilizar la razón por parte de los geómetras y los algebristas, de los matemáticos en general, porque los matemáticos son, parece, los únicos capaces de llegar a conclusiones razonas, a deducciones o demostraciones.

El método (sus reglas: evidencia, análisis, síntesis, enumeración) se inspira en las matemáticas; entonces vamos a asegurarnos de que esto es así, vamos a utilizar ese método en las matemáticas, dice Descartes, no sea que nos hayamos apresurado a establecer sus reglas (las del método).

Pero como el método le sirve, en efecto, a Descartes para descubrir nuevos teoremas matemáticos, entonces puede estar tranquilo por ese lado: porque el método rinde fruto.

A René Descartes no le importan las matemáticas por sí mismas (aunque también), sino que considera que pueden ser una especie de brain training para hallar las verdades más básicas,
se trata de las verdades más básicas que solamente la filosofía, la metafísica escribe Descartes, puede encontrar; verdades acerca del alma, de Dios, del mundo... que son las que se van descubriendo con la aplicación del método en la parte cuarta del texto. 

Parte IV:

Aplicando el método obtiene los fundamentos de las ciencia, las raíces o verdades metafísicas (dice él).

¿Qué es lo primero que Descartes conoce como seguro: después de haberlo puesto todo en duda (lo que se llama duda metódica), a fin de que no se le cuele ningún error, a fin de que no haya ningún resquicio en el edificio ordenado del saber?

Sabemos que encuentra motivos para dudar de los sentidos, que nos pueden engañar; sabemos, igualmente, que muchas veces resulta difícil distinguir nuestra vida normal cuando estamos despiertos de las cosas que vivimos (por así decirlo) cuando tenemos un sueño. ¿Por qué no pensar que nuestra vida sea un sueño, como en la obra de Calderón de la Barca? Igualmente podemos suponer (el mismo Descartes, gran matemático, lo supone) que podemos equivocarnos a la hora de efectuar razonamientos matemáticos. Claro, por este motivo se precisa el cuarto precepto (regla, instrucción) del método que nuestro filósofo propone: a fin de que podamos enumerar, volver sobre los pasos, repasar para ver que no se ha omitido nada, que no se ha saltado ningún paso en el proceso de razonamiento.

Hasta incluso, finalmente, podemos imaginarnos que el universo está controlado no por un dios bondadoso (el de la religión cristiana) sino por un dios malvado o genio maligno que hace que me equivoque en cada una de las cosas que yo creo conocer.

Entonces, para no dejar que se me pase nada, he llegado a dudar de todo, mi duda se ha hecho "hiperbólica", es decir: extrema, exagerada. Pero no podemos olvidar que esta duda es sólo una herramienta, un instrumento, una duda "metódica" o procedimental que Descartes maneja con el fin de edificar el conocimiento científico y filosófico.

¿Es posible salir de ahí? ¿Es posible que poniéndolo todo en cuestión (entre paréntesis) me vaya a quedar algo claro... y distinto, evidente, verdadero, cierto, indudable, etc., etc., como es la pretensión del filósofo francés?

¿Por qué no?

Hemos de darnos cuenta de que si sólo sé que no sé nada (decía Sócrates, el maestro de Platón) algo por lo menos sé: que no sé nada. Vale. Se admite: es poco, pero algo es. Menos da...

Dudando de todo, lo único que resta como verdadero es mi pensamiento que duda (pues dudar consiste en pensar: en pensar si me quedo con esto o con lo otro, sin llegar a decidirme, suspendido en mi duda, como si estuviera columpiándome), y así "intuyo" o conozco inmediatamente que soy (pienso luego soy, existo).

Esto no es algo que se pueda "deducir" con argumentos complicados, sino -reiteremos- de una manera inmediata y directa, en el mismo momento en que dudo. Dudo, pienso, soy.

De esta primera verdad que conozco no me puede sacar nadie, ningún escéptico extravagante (dirá Descartes).

Un par de aclaraciones: los escépticos son los que dudan de que el conocimiento sea posible. O sea: que sostienen que no hay conocimiento, ni ciencia, que nada podemos saber con seguridad ni en nuestras vidas ni en nuestras ciencias. Lo que es un asunto muy serio para los seres humanos. ¿No?

Otra cosa: "intuir" es captar una verdad evidente, es ver algo claro y distinto, indudable, según se dice en la primera regla del método. "Deducir", por su parte, es ir encadenando o eslabonando unas verdades con otras, ir trabando unas razones con otras para obtener razonamientos verdaderos.

Podríamos hacer una comparación gráfica: intuir es como la bombilla sobre la cabeza, la luz que súbitamente se enciende en nuestro cerebro, Eureka! Deducir es algo más lento, más pesado, ordenado... metódico. Podría ser una sucesión de luces = de verdades evidentes unidas unas con otras, desde la primera a la última.

Volvamos a lo nuestro:

Y como pensando soy (¿cómo no voy a ser, a existir, si pienso; si en realidad es lo único que sé, lo único que soy?), conozco también cuál es mi realidad esencial, mi naturaleza, mi definición: soy una cosa pensante (una "res cogitans"), una naturaleza, sustancia o realidad mental que consiste, por ahora, en los pensamientos o "ideas" que tiene, que pueden ser de muchos tipos.

De estas ideas he descubierto, primero, la idea de mí mismo, de mi ser como una realidad que piensa (pienso luego soy), pero, a continuación, puedo observar en mí otras ideas.

Obsérvese que la definición de Descartes del ser humano como siendo una "cosa pensante" no está lejos de la definición antigua del ser humano, del que se decía que era un "animal racional", ni está lejos de la definición biológica del ser humano moderna, en la que el ser humano es clasificado como "homo sapiens".

Téngase en cuenta, por otro lado, que lo único que sé con evidencia es que mi personalidad consiste en pensar, no (ni mucho menos) en poseer un cuerpo, aunque me duela.

¿Esto por qué? Debe ser evidente: porque decidí dudar de todo, es decir, que decidí sospechar acerca de los sentidos, y de las informaciones que éstos parece que me dan acerca de mi cuerpo y de otros cuerpos ajenos a mí o exteriores.

Es decir, que, ni más ni menos, decidí dudar de todo el mundo exterior (me pueden engañar los sentidos, puedo estar soñando sin saberlo, me puede tender una trampa malvada el genio maligno).

No nos perdamos:

¿Qué ideas encuentro en mi mente?

Una de ellas es la idea de Dios, la idea de un ser infinito y perfecto, que no puede proceder de mí. Y no puede proceder de mí, en primer lugar, porque yo, que soy imperfecto (la prueba de ello es que he conocido mi existencia dudando; esto es, manifestando una imperfección de mi pensamiento, de mi inteligencia, de mi saber), yo no he podido engendrar algo perfecto.

La explicación de Descartes es algo más complicada, al respecto de este asunto de Dios, realmente. Depende de una especie de axioma o principio del pensamiento: que consiste en que Descartes supone que debe haber una especie de "proporción" o equivalencia entre la causa de un hecho y ese hecho (efecto, consecuencia).

Así, Dios, que es lo más grande (debemos recordar que la formación filosófica de Descartes es tradicional, cristiana, teológica), no puede venir de algo que sea inferior a Él, a Dios: en saber, en poder, en bondad.

Pero realmente no debemos ser creyentes para darnos cuenta de que algo de verdad existe en el argumento de Descartes: pues los seres humanos conocemos que tenemos límites, que no somos perfectos, ni mucho menos. De hecho, si la idea de Dios, que es un ser perfecto, infinito, que todo lo sabe y puede, hubiera venido de nuestras mentes, entonces ¿cómo es que nos hemos hecho tan mal, tan imperfectos? Es como tener el plan de la casa de nuestros sueños... y hacer en su lugar un engendro. ¿Por qué? A lo peor es que no éramos arquitectos!

Además, y éste también es un argumento fundamental o prueba filosófica que emplea Descartes para sostener que Dios existe: cuando pienso en lo que significa realmente el nombre o idea de Dios he de darme cuenta de que no puedo pensar más que en que no puede no existir.

¿Cómo? Sí, que tiene que existir. ¿Cómo es eso? Muy sencillo: algo perfecto tiene que existir, porque si no... no es perfecto. El argumento puede ser tramposo, pero eso no viene ahora a cuento, sino que Descartes señala (esto sí viene a cuento) que tengo que reconocer que Dios va unido a su existencia con la misma evidencia con la que reconozco que un triángulo tiene (sus ángulos internos suman) 180 grados.

Simplificando, una vez que conozco que Dios existe, resulta mucho más sencillo apuntalar (asegurar, avalar, garantizar) mi conocimiento del mundo, mis ideas de la verdad, de la evidencia, de la claridad y la distinción, etc., de modo que mis razonamientos, bien ordenados o encadenados, sirven para construir un nuevo y firme edificio de la ciencia, en el que se incluye de manera fundamental la Física, el estudio de los cuerpos, del espacio y del movimiento, lo que Descartes denomina "res extensa".

Hemos de reconocer, sin embargo, que hemos llegado a un lugar filosófico extraño, por dos razones, como mínimo:

a) En primer lugar porque el filósofo francés nos pidió que dudáramos de nuestra tradición, antes de pedirnos que dudáramos de nuestras facultades mentales, que dudáramos a fin de apuntalar bien el edificio de la ciencia. Eso supone, en principio, dejar de pensar en términos religiosos, teológicos, que era lo que había estado haciendo la filosofía tradicional: que había estado subordinando las teorías filosóficas a las necesidades de la fe. Y ahora, vemos, para nuestra filosófica sorpresa, que Dios retorna al primer plano de la actualidad filosófica en Descartes. Algo extraño. De verdad.

b) En segundo lugar, ese Dios que ha sido demostrado filosóficamente le sirve a Descartes para que podamos dejar de dudar definitivamente; cuando la verdad es que habíamos empezado poniendo en duda absolutamente todo, sospechando absolutamente de todo, no creyendo en nada a fin de no ser engañados. Si esto lo ponemos en positivo, lo que está sosteniendo ahora el filósofo francés es que Dios garantiza que no nos equivoquemos. O sea: que Dios no es un genio maligno, sino que es un ser perfecto, y por eso no puede engañarnos en nuestras facultades mentales, cuando vemos el mundo, cuando nos hablamos, cuando efectuamos razonamientos, cuando meditamos, etc., etc.

Es decir: que si los sentidos me enseñan un mundo exterior, si veo algo más que mi propio pensamiento, si voy más allá de saber que "yo pienso, yo existo" y sé además que soy un cuerpo, que existen otros cuerpos y otros seres que piensan y existen, todo esto depende de que ese Dios perfectísimo me garantiza que mis conocimientos sean evidentes, es decir, me garantiza la primera regla del método.

Y aquí está el problema. Porque el método y sus reglas lo había aplicado Descartes primero a las matemáticas y luego a la filosofía, para obtener verdades firmes y fundamentales, para hacer crecer el "árbol de la ciencia". Una de las cosas a las que había aplicado la regla de la evidencia, y todas las demás del método, era a la idea o representación de Dios que tengo en mi mente, en mi espíritu.

Pues bien, la aplicación rigurosa del método había permitido concluir que Dios existe. Y, sin embargo, ahora, es ese mismo Dios, que yo he demostrado, el que demuestra que mis razonamientos, entre ellos el que lo demuestra, son correctos y verdaderos; el que demuestra que la regla de la evidencia sea verdadera y útil. Y esto es un círculo lógico, algo que no se puede permitir el pensamiento.

Atrévete

Animales que sienten y padecen, en Yo, mono (un muy interesante blog del primatólogo Pablo Herreros)

08 noviembre 2014

Atrévete

La economía y el mundo actual:
Thomas Piketty, en el archivo de El País.

07 noviembre 2014

 IES JUAN RUBIO ORTIZ
FILOSOFÍA 1º BACH CyT  7 DE NOVIEMBRE DE 2014

NOMBRE:


1. Naturaleza y cultura. Genotipo y fenotipo.
2. Adaptación y herencia.
3. Fijismo y evolucionismo.
4. Charles Darwin.
5. Hominización y humanización.
(ELIGE CUATRO; UNA CARA DE FOLIO MÍNIMO; 2,5 PTS. POR PREGUNTA. POR FALTAS -0,2, HASTA -1)
===
6. Etapas de la evolución humana (A EXPENSAS DE LOS TRABAJOS DE CLASE. LA EJECUCIÓN INADECUADA DEL TRABAJO IMPLICARÁ UNA PREGUNTA MÁS EN EL PRÓXIMO EXAMEN)

06 noviembre 2014

Atrévete

Los inventores del futuro (El Mundo):
Después de la Segunda Guerra Mundial, la historia del ordenador digital sigue un curso conocido y detallado en el libro de Isaacson: John Von Neumann, Alan Turing y Vannebar Bush, el transistor, el primer compilador informático -obra de otra mujer, Grace Hopper-, Moore y su Ley, la carrera espacial, etc. El texto cobra de nuevo mucha fuerza en la antesala del ordenador personal o PC. «Hasta entonces, ésta era una historia de grandes máquinas, corporaciones y universidades. En 1970, las corporaciones de la Costa Este [de los EEUU] eran muy jerárquicas, con un control vertical. En cambio, la contracultura y el movimiento hippie en la Costa Oeste se resistían a la autoridad, se rebelaban ante el control directo y [la unión de ambos] hizo posible el nacimiento del PC e Internet», explica Isaacson en una entrevista exclusiva con EL MUNDO. 

23 octubre 2014

CONTROL PLATÓN
HISTORIA DE LA FILOSOFÍA 2o. Bach Cyt
23 DE OCTUBRE DE 2014

NOMBRE::


... la Idea del Bien. Una vez percibida, ha de concluirse que es la causa de todas las cosas rectas y bellas, que en el ámbito visible ha engendrado la luz y al señor de ésta, y que en el ámbito inteligible es señora y productora de la verdad y de la inteligencia, y que es necesario tenerla en vista para poder obrar con sabiduría tanto en lo privado como en lo público.

1º Explicación de los dos términos subrayados. (Cuatro o cinco líneas por término; dos puntos en total)


2º Mito de la caverna (relato e interpretaciones; una cara de folio mínimo; cuatro puntos en total)


3º Responde a dos de las siguientes cuestiones (En torno a media cara; dos puntos cada una)

a) Introducción a la teoría de las ideas b)  Símil de la línea c) Demiurgo y reminiscencia
Por faltas se resta -0,2; hasta un total de -1.
Deses ponderar la nota del control: 10, 15 o 20 % de la nota de los exámenes (es una forma de autoevaluarte de manera responsable)

13 octubre 2014

HISTORIA DE LA FILOSOFÍA, PLATÓN

Un análisis del texto del mito de la caverna en una excelente página de filosofía en bachillerato:
Texto Platón: el mito de la caverna (auladefilosofia.net)
También me parece muy recomendable su análisis del Libro VI de República, donde vienen el símil del Sol y el símil de la línea .

09 octubre 2014

Atrévete

Docufilia: Experimentos secretos.

HISTORIA DE LA FILOSOFIA, PLATÓN: MITO DE LA CAVERNA y RESTO DE SU FILOSOFÍA

Los apuntes que siguen sintetizan al máximo, pero pueden ser útiles. Se deben  organizar según los distintos apartados que pondré en los exámenes. Ya diré cómo...

PLATÓN:

  Cuestión 2b del modelo de examen de selectividad:
En el mito de la caverna, Platón, a través del personaje de Sócrates, nos ofrece una síntesis inigualable de su filosofía, a la vez que una de las alegorías más poderosas de la historia del pensamiento filosófico. En el interior de una cueva profunda que tiene su entrada abierta a la luz, unos seres humanos se encuentran prisioneros desde niños. Detrás de ellos se encuentra un fuego, y entre el fuego y los prisioneros van pasando gentes que llevan figuras de diverso género, y que a veces hablan.
Platón nos pide que pensemos en un teatro de títeres para ponernos en la situación. Los prisioneros, atados de pies y manos, obligados a mirar a la pared o pantalla del fondo de la cueva, no han visto en toda su vida más que las sombras de los objetos portados por las gentes que pasan por detrás de ellos, ni tampoco han escuchado otra cosa que los ecos de lo que esas mismas gentes van hablando. Es evidente que si se le preguntara a los prisioneros estos dirían que la realidad verdadera consiste en las sombras que ven y en los ecos de las voces que escuchan. De hecho, no podrían ni pensar en que otra forma de realidad es posible. La costumbre les ha atado profundamente a sus visiones y escuchas defectuosas.
Platón (su personaje Sócrates) nos pide ahora que imaginemos el caso de una liberación forzada de uno de los prisioneros, y que imaginemos lo que a tal prisionero le ocurriría. El prisionero liberado del estado de ignorancia (pero sabemos que para Sócrates y para Platón la ignorancia también equivale a maldad e injusticia) experimentaría todo tipo de dificultades para adaptarse a su nueva situación, y desde luego no emprendería el camino de salida hacia fuera de la caverna de buena gana.
El camino de salida es difícil y escarpado, los ojos le dolerían, y en su alma habitaría la contradicción entre las sombras a las que estaba acostumbrado y los objetos más reales que ahora puede ver. Lo mismo que puede ver el fuego, y considerar que era este el que proyectaba las sombras que él tenía, a lo largo de toda su vida, como las cosas más reales.
"Dialéctica" es el nombre que da Platón, como hemos de ver, a este proceso de liberación de la ignorancia y de la injusticia, hasta que el alma logre alcanzar un mundo más verdadero y más justo. Podemos pensar que el alma está encerrada en una caverna-prisión y que para purificarse y alcanzar su perfección debe liberarse del cuerpo y de los sentidos. El camino dialéctico es un camino progresivo, de visión de realidades cada vez más perfectas. Es una marcha que va ascendiendo por diversos niveles de conocimiento y realidad. (Platón los concreta y nombra el símil de la línea.)
Al salir desde el interior de la caverna hacia el mundo de fuera, las dificultades del prisionero para adaptarse se incrementan. Deberá mirar el mundo por la noche y por mediación de la luna, antes de atreverse a mirar las cosas directamente y, por último, a la luz misma del sol. Al principio de su salida al mundo deberá conformarse quizás con reflejos y sombras, pero estos no son ya los mismos con los que se tenía que conformar cuando estaba atado de pies y manos en el interior de la caverna. La visión de ahora es una visión intelectual, matemática y filosófica.
Lo que que Platón quiere señalar es que lo mismo que existen niveles o grados en el mundos de los sentidos y la opinión, y que no es lo mismo ver las sombras de los cuerpos que a esos mismos cuerpos, también existen grados o niveles en el conocimiento (ahora ya no hay opiniones sino saber intelectual) de la verdadera realidad, que Platón hace consistir en un mundo ideal (inteligible, puesto que es descubierto aunque no creado o inventado por la inteligencia). El pensamiento matemático culmina en el pensamiento filosófico, que descubre que todas las Ideas dependen en última instancia de la Idea del Bien.
El prisionero se ha convertido en filósofo, y puede gozar ahora de la verdad, la belleza y la justicia en su propia alma. Así podría vivir feliz. Sin embargo, Platón le hace volver al interior de la caverna a fin de que enseñe a los demás el nuevo mundo que ha descubierto, y así convencerles de que lo que tenían los prisioneros por verdadero y justo estaba por completo equivocado. Así como para convencerles de que su ciencia basada en los sentidos (que para Platón no es tal ciencia sino opinión) no posee ningún valor.
Cuando Platón sostiene que los prisioneros llegarían a matar al filósofo si pudieran, tenemos que pensar en que está recordando la existencia real de su maestro Sócrates, muerto por sus conciudadanos aunque fuera el hombre más sabio y justo de los hombres. Platón pensaba, con cierto desencanto, que solamente una especie de milagro podría regenerar el Estado y volverlo justo: si los políticos se convirtieran en filósofos, o si se llevara a los filósofos a la política.
El peligro de muerte que acecha al prisionero retornado entre sus antiguos congéneres significa que no se trata de una tarea nada fácil, pues el ver sombras y vivir mal parece formar parte de la naturaleza de los seres humanos. Lo cual no se soluciona si a los seres humanos se les educa incorrectamente (es lo que Platón sostiene que hacían los sofistas), enseñándoles apariencias (las sombras) y un bien aparente (la lumbre del interior).
Si embargo es posible salir de ahí, el alma puede recordar las ideas con las que ha habitado en otro mundo antes de encarnarse en un cuerpo. Basta con convertir o cambiar la mirada. Platón nos quiere contar, quizás, el sentido de la vocación de Sócrates: alumbrar la verdad entre sus conciudadanos, que la tiene potencialmente, pero que víctimas de la costumbre y de los malos maestros y políticos, demagogos unos y otros, no la saben ver.

Aquí va la cuestión 2c:

La Idea del Bien, lo que conoce finalmente el prisionero, y que le hace apto para convertirse en gobernante filósofo de una ciudad por fin justa, (la Idea del Bien) representa la cima del mundo inteligible, la Idea de ideas. Es la clave del mundo inteligible, la Idea de la que dependen otras como la de Justicia y Belleza. Todas las Ideas integran el mundo de la verdad para Platón, el mundo inteligible (esto es alcanzado por el uso de la inteligencia), diferente en valor del mundo de los sentidos,  visible, del mundo de la opinión, en el que están los objetos materiales del mundo físico, y también los objetos artificiales y sus sombras y reflejos. Es decir, que el mundo que ven nuestros ojos, y podemos pensar que también las palabras que escuchan nuestros oídos, no es el verdadero, el real.
El filósofo griego explica el lugar especial y fundamental de la Idea del Bien en el símil del sol, señalando que ocupa en el mundo inteligible el mismo lugar que el sol en el mundo visible. Que lo mismo que el sol es causa (principio) de la visión y el crecimiento natural, el Bien es causa de nuestro conocimiento (visión mental o intuición, podemos decir) y de la existencia de las demás ideas.
En otro de sus símiles, inmediatamente antes del mito de la caverna, en el símil de la línea, Platón concreta los pasos o grados por los que va pasando el alma desde el conocimiento sensible u opinión (doxa) de las imágenes y los objetos del mundo sensible (lo que él denomina, respectivamente, “conjetura” y “creencia”) hasta el conocimiento intelectual o saber (episteme) de los objetos del mundo inteligible, las Ideas.
En el conocimiento intelectual también hay dos fases: el “pensamiento discursivo” de los matemáticos, basado en hipótesis no suficientemente fundadas y que se sirve todavía de ejemplos sensibles; y, finalmente, la “inteligencia” de los dialécticos o filósofos, que ya no se sirven de ejemplos de la experiencia sensible en su conocimiento ni de hipótesis, sino que avanzan plenamente y se mantienen “de ideas en ideas, y a través de ideas”. (En el mito de la caverna Platón va a refundir y darle forma narrativa, alegórica o metafórica a los dos símiles anteriores.)
 Platón deja claro que las Ideas no son una creación o invención de la mente. Al contrario, podemos ver como en su mito acerca de la creación del mundo, el Demiurgo (=artesano) creador (hacedor, más bien) debe fijarse en el orden y sistema de las Ideas para plasmarlas en la materia. Esa obra artística o artesanal del Demiurgo es el mundo visible, perceptible por los sentidos, que nosotros conocemos. Eso significa que de alguna manera se encuentran huellas o trazas de las Ideas en el mundo sensible, y que el alma es capaz de descubrir esas trazas.
Descubrirlas, no inventarlas. Y si el alma racional (la mejor parte del alma) es capaz de descubrir las Ideas plasmadas en las cosas que los ojos ven, será que de alguna manera ha estado en contacto con ellas, antes de caer y encarnarse en el cuerpo (mito del Fedro). O sea, que el alma preexiste a esta vida mortal, y cuando es capaz de localizar la Idea de belleza en un paisaje, en una obra de arte o en un cuerpo, es que el alma recuerda las Ideas (teoría de la reminiscencia) con las que antes estuvo en contacto, antes de “caer” al mundo y al cuerpo.
Si Platón se sirve de mitos y símiles para explicar lo que él quiere decir acerca de las Ideas, como se ve en su obra República, es porque no encuentra fácil acceder a la exposición clara del tema. Por eso tampoco encuentra otra manera de relacionar el mundo de las Ideas, objetos permanentes, inmateriales, esenciales, explicativos de las cosas de este mundo visible, por una parte, y el mundo sensible, por otra, (tampoco encuentra otra manera) que no sea la de servirse de términos bastante vagos y metafóricos: las cosas materiales “participan”, “imitan” o “copian” las Ideas. Precisamente por esta razón surgirán críticas, su discípulo Aristóteles, acerca de la doctrina de las Ideas, aunque el mismo Platón va siendo consciente de las dificultades y problemas de su teoría de las Ideas en su obra de madurez y vejez.
La obra en que Platón nos expone su doctrina de la Idea del Bien, República, ha recibido tradicionalmente el subtítulo de Acerca de la Justicia. Esto es, que se trata de una obra de filosofía política en que Platón intenta concretar sus intenciones de una constitución estatal justa (aquí deberíamos recodar el contexto personal y público) de la obra platónica, de una polis armónica, en paz, y que no vuelva a cometer otra vez el crimen contra Sócrates, el mejor de los ciudadanos. Lo mismo que hay que convertir la mirada del alma hacia la visión de las Ideas, el “mundo de arriba”, aunque sea difícil y cueste (mito de la caverna), debe convertirse la mirada política del gobernante, alcanzando el milagro de que los filósofos o sabios sean los dirigentes del Estado.
Platón considera que hay una correspondencia entre la psicología individual, entre las partes del alma (racional, animosa, deseante) y las partes del Estado. Considera que lo mismo que en el individuo es la parte mejor, el alma racional inmortal, la que debe gobernar a la pasión noble (el ánimo) y a la menos noble (el deseo), en el Estado deben gobernar aquellos que estén mejor dotados en la parte racional. No se trata de una capacidad simplemente innata, sino que hay que cultivarla a lo largo de un severo proceso de instrucción para seleccionar a los mejores. Por eso República es también una obra pedagógica, y se puede estimar que sus símiles (la línea, la caverna) son ejemplos plásticos de su intención de convertir la mirada del alma racional a lo mejor y más bello.
En síntesis, en el Estado justo vamos a encontrar una ordenación de tres estamentos, con sus respectivas virtudes, que corresponden a las partes del alma. En primer lugar, los filósofos gobernantes, cuya virtud o excelencia consiste en la sabiduría o prudencia del alma racional. En segundo, los guardianes (de entre los mejores de ellos se seleccionan a los gobernantes) del orden interior y exterior del Estado, cuya virtud consiste en el valor del ánimo. Por último, el estamento económico, los productores de todo tipo, cuya virtud, más bien negativa, consiste en la moderación de sus deseos.
Ciertamente Platón delinea una ciudad cerrada, una utopía que podemos considerar asfixiante y dictatorial. Aunque esa no sea su intención, sino que cada uno desempeñe el lugar que mejor le corresponde y le perfecciona. Para hacerle justicia a Platón, no se trata de una aristocracia de nacimiento, sino del saber. Se trata de un sistema meritocrático, podemos decir, que no impide que el hijo del campesino llegue por sus méritos intelectuales y su valor físico a la casta gobernante. Por otro lado, si nos puede parecer monstruoso que Platón deniegue la posibilidad de tener familia propia a los filósofos y los guardianes, esto es, a los estamentos gobernante y militar-policial, nos tiene que parecer revolucionariamente moderno que otorgue a la mujer los mismos derechos que al hombre.
Platón sostiene que cualquier transformación de esa aristocracia basada en el mérito del saber implica una decadencia del Estado, y va a significar que el interés público que posee el gobernante filósofo se convierte cada vez más en la defensa egoísta y ambiciosa de los intereses privados de los gobernantes. Al gobierno de los sabios suceden el gobierno de los militares y de los ricos (timocracia, oligarquía), y después el gobierno de los muchos, la democracia, que sobre el papel es el más hermoso por ser el más libre. Sin embargo, Platón recordaba amargamente cómo la democracia había dado muerte a su amado maestro Sócrates (al que pone como personaje portavoz en República), y también que del desorden de los caprichos individuales que se observan en un régimen democrático acaba surgiendo el peor de los regímenes, el más bajo de ellos, la tiranía.

06 octubre 2014

Atrévete

5 experimentos clásicos sobre el mal que aún siguen inquietándonos (El País)

Por ejemplo:

 Según Milgram, el estudio muestra cómo “personas comunes, que simplemente hacen su trabajo y sin ninguna hostilidad por su parte, pueden formar parte de un proceso destructivo terrible”, al no disponer de “los recursos necesarios para resistir la autoridad”.

Cuestiones:
1. ¿Hasta qué punto es posible que los participantes en el experimento de Milgram supiesen que se estaba jugando con ellos? En ese caso, ¿los resultados del experimento serían distintos? ¿Por qué?
2. ¿Qué es lo que Ron Jones encontraba que era incapaz de explicar? Explícalo tú.
3. ¿Cuál es la moraleja del experimento de Ron Jones?
4. Del experimento de la cárcel de Stanford se deduce que a una dictadura no le costaría mucho encontrar apoyos. ¿Por qué?
5. ¿Piensas que ser de un determinado equipo de fútbol puede generar sensaciones de seguridad y superioridad sobre los seguidores de equipos rivales? ¿En qué se funda esto?
6. ¿Conoces algún caso de responsabilidad diluida? ¿Qué significa esto?

02 octubre 2014

Atrévete

Mitos y leyendas griegos, en la web de rtve.

23 septiembre 2014

21 septiembre 2014

Atrévete

En su nuevo libro, Atrapados: cómo las máquinas se apoderan de nuestras vidas -que publica Taurus esta semana-, Carr, de 55 años, explica que hemos caído en una excesiva automatización, proceso mediante el cual hemos externalizado parte de nuestras capacidades. La tecnología guía nuestras búsquedas de información, nuestra participación en la conversación de las redes, nuestras compras, nuestra búsqueda de amigos. Y nos descarga de labores pesadas.
Todo ello, poco a poco, nos conduce a lo que Carr denomina complacencia automatizada: confiamos en que la máquina lo resolverá todo, nos encomendamos a ella como si fuera todopoderosa, y dejamos nuestra atención a la deriva. A partir de ese momento, si surgen problemas, ya no sabemos cómo resolverlos. (El País )

20 septiembre 2014

Atrévete

En El País: 
¿Es nociva la tecnología?

Nicholas Carr bucea en 'Atrapados' por discursos que alertan de peligros de la automatización

12 septiembre 2014

HISTORIA DE LA FILOSOFIA, DESARROLLO DE LA PROGRAMACIÓN, extracto

1ª EVALUACIÓN:

FILOSOFIA ANTIGUA Y MEDIEVAL:

Una contextualización filosófica adecuada (mito vs. logos, orientación cosmológica vs. giro antropocéntrico en el mundo de la sofística y el socratismo ateniense, la llegada del cristianismo y la síntesis de filosofía griega y fe religiosa) debe servir para una lectura en clase y personal de los textos que se marcan en la ponencia de la materia.

El enfoque de la materia, a lo largo del curso, debe ser eminentemente práctico: lectura, cuestiones y comentarios en la clase, empleo de material complementario para los contenidos teóricos y de contextualización.

En esta primera evaluación leeremos los textos de República de Platón (los tres símiles) y los de Santo Tomás. En el ateniense como en el aquinate encontramos una parte ontoepistemológicamente orientada, y otra de cuño ético-político. Se tratará, a lo largo del curso, de solapar o coordinar, en la medida de los posible, los contenidos y textos relativos a la razón teórica y los relativos a la razón práctica. Esto resulta factible ya en la primera evaluación, dada la remisión política de la epistemología platónica, así como el doble interés, filosófico-religioso y iusnaturalista de los fragmentos propuestos por la ponencia para Sto. Tomás.

Un primer examen de control, a mediados de octubre debe servir a los alumnos y al profesor para observar el rendimiento de la mecánica de la clase (actividad y estudio). Después realizaremos el examen en sí sobre Platón (vocabulario y explicación del fragmento propuesto). La explicación posterior del texto tomista nos permitirá, al filo del final de la primera evaluación, añadir a las cuestiones del examen una relativa a la relación entre las diferentes propuestas filosóficas, a partir de esos dos intereses básicos ,mentados más arriba: razón teórica y razón práctica.

Con la debida antelación se indicará el contenido de los exámenes y otros trabajos, su ponderación y los criterios de evaluación/recuperación. Por escrito, en clase y en este blog.

FILOSOFIA 1º BACHILLERATO CURSO 14/15 (SINTESIS DE PROGRAMACIÓN/EVALUACIÓN)

Utilizaremos, para los contenidos teóricos, el libro de texto de la editorial Oxford (Proyecto Tesela) . El mismo del año pasado.

Iremos leyendo y comentando en clase, en una o dos de las sesiones semanales, los temas del libro, a razón de uno por mes y tres por evaluación. Así tendremos cierto margen con las unidades del libro y su distribución, para seleccionar o descartar algunas de las unidades que lo componen. O bien algunas de las partes de los temas, si pedagógicamente conviene. Como sucede con todos los libros de texto, el material es a veces más conveniente que otras. También se  facilitarán otros textos que tengan que ver con los temas.

Utilizaremos la clase para elaborar (resumir, sintetizar, etc.) por nuestra cuenta los contenidos del libro, realizando igualmente las actividades propuestas en el mismo libro y las relativas al material añadido (textos, documentales, etc.).  El trabajo que vayamos haciendo, y que se irá supervisando en clase, constituirá la base para los exámenes teóricos escritos de cada tema. Cada alumno deberá "defender", por escrito, en el examen, lo que haya hecho en clase.

(CON LA DEBIDA ANTELACIÓN SE INDICARÁ -en clase por escrito, y a través de este blog- LA SECUENCIA DE LOS TEMAS DEL LIBRO. ASÍ COMO LOS OBJETIVOS Y CRITERIOS DE EVALUACIÓN TANTO DE LOS EXÁMENES COMO DE LOS TRABAJOS.)

Entendemos que la participación y voluntad manifiesta de trabajo en clase , investigando por cuenta propia y en grupo, resulta fundamental en esta etapa educativa, por lo que ello debe traducirse en la valoración de este aspecto en la evaluación/calificación. Será preciso obtener una evaluación positiva en esta dimensión para que la evaluación en conjunto sea positiva, con independencia de las notas de los exámenes.

En cuanto a estos últimos, los exámenes, deberá obtenerse una calificación mínima media de 4 o más para que el total de la evaluación sea positivo. Se ponderará la nota, en estas condiciones, con un 50% para los contenidos cuyo aprendizaje se muestre en los exámenes, y el otro 50%  para el trabajo y participación adecuada en el desarrollo de la clase.

Para recuperar evaluaciones pendientes, se realizará el examen del tema o tema suspensos. O la entrega de trabajos no realizados, en su caso.

Dedicaremos, en la medida de lo posible, una sesión semanal, al empleo de herramientas TIC's y material audiovisual: preferiblemente documentales, así como al apartado de lógica del temario, que en ningún caso será motivo de calificación negativa en la evaluación de la asignatura. Podrán realizarse también exposiciones en clase, por grupos, de aspectos incluidos en el libro o de otros que guarden relación con el contenido de la materia.

La intención, en todo caso, es cumplir con las instrucciones dadas por la Consejería competente en materia educativa, al respecto de la importancia de la lectura y la expresión, tanto oral, como escrita, en el desarrollo del currículo en las diversas materias.