13 mayo 2010

HISTORIA DE LA FILOSOFIA, 2º BACH, TEXTO DE ORTEGA

Veamos un esquema, ni siquiera un resumen. El resumen lo tienes que hacer tú: me lo puedes pasar al blog y lo corrijo.

Veamos:


Ortega empieza dejando claro que no hay que dejarlo todo a la vida ni todo a la cultura. Que se debe efectuar una integración de ambas, huyendo de los extremos. Cada una tienes sus derechos, la cultura y la vida. Con la primera nos referimos a aquellos valores que deben servir objetivamente; mientras que con el término vida queremos señalar que no puede haber nada que valga, ninguna idea, creencia, moral, etc. que no tengan su base última en la vida de alguien, una persona particular o un pueblo.

Debemos tener en cuenta que cuando Ortega escribe la palabra “vida” no se está refiriendo a la vida meramente biológica, orgánica, que también, sino al cúmulo de circunstancias que envuelven o ambientan la historia de los pueblos y las biografías de los individuos; y a lo que estos mismos individuos, pueblos, épocas, etc. proyectan libremente. Recordemos: Ortega sostiene que “yo soy yo y mi circunstancia”. La vida significa aventura, libertad, riesgo, proyectos, etc. Hacerse cargo de las situaciones y las circunstancias, porque no queda más remedio. O sea, que somos libres porque nos vemos obligados a serlo: no hay ningún método, cartesiano o platónico, que nos dé seguridad y nos evite a nosotros el trabajo de ponernos en marcha.

Volvamos:

Con el término “cultura” podemos pensar en las ciencias, en las artes, en la moral, etc. Pero si hubiera un ámbito fundamental, un sitio figurado donde explicar lo que significa la palabra “cultura” ( y recordemos que cultura significa originalmente cultivo; y por extensión formación de los individuos humanos), ese sitio es el problema del conocimiento. Del conocimiento filosófico, científico. Esto es: de los productos de nuestro uso de la mente, la inteligencia, la razón... Como queramos determinar a lo que en nosotros piensa.

Entonces, sobre el problema del conocimiento, Ortega enfoca dos posturas opuestas:

a) El racionalismo (pensemos en Platón y en Descartes), filosofía para la cual se puede acceder al conocimiento pleno de la realidad. Nuestra mente sería como un espacio transparente al cual llegaría la realidad tal y como ésta es.

b) El relativismo, para el cual la vida de cada cual introduce deformaciones en la realidad. Esto es, que la realidad es diferente, y en último lugar produce ideas incompatibles, según los diferentes sujetos: individuos, pueblos, épocas. Finalmente: que como los puntos de vista producen realidades diferentes... pues habrá que pensar que la realidad no existe...

Sostiene Ortega que ni un extremo ni el otro: ni la transparencia de la mente racionalista que conoce las verdades evidentes si emplea bien el método (Descartes y sus reglas) ni las deformaciones que dice el relativismo. Porque lo que hay son justamente puntos de vista diferentes, perspectivas diferentes de la realidad, según las personas y las culturas, según las épocas y los pueblos...

Entonces, porque un individuo tenga un punto de vista sobre el mundo, y que ese punto de vista sea diferente de otros, eso no significa que los dos sean falsos. Lo único que pasa es que ningún punto de vista, ninguna perspectiva, es la verdad con mayúsculas, entera y absoluta. Esto es: que no somos un Dios que lo sabe todo, que conoce la verdad absolutamente. Tenemos verdades con minúsculas, según los puntos de vista diferentes. Lo que procede efectuar es una integración, como una suma o articulación de esas verdades parciales, de esas verdades particulares y como escritas con minúscula.

(Seguiré)

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