11 marzo 2007

FILOSOFIA 2º BACHILLERATO, ACERCA DE MARX

No digo que vaya a utilizar al pie de la letra el comentario siguiente, pero sí hay algunos conceptos básicos para la comprensión del texto de Marx, y para poder relacionarlo con otros autores y/o planteamientos.

***

Moral y sociedad en Marx

¿Tienen sentido las ciencias sociales? Puesto que académicamente existen, hasta en las modalidades del bachillerato -ese mínimo común denominador de la cultura patria-, les alcanza esa primera parte de justificación. Los hechos son, y no se encuentran razones para afirmar que no son: los hechos falsos son pseudohechos. No. La cuestión se plantea acerca de la legitimidad de discurso de unas prácticas teóricas de interés complejo: tratamiento de los hechos, en positivo, registrados, cuantificados; conocimiento y reflexión acerca de las tradiciones normativas de toda laya que cimentan las instituciones humanas; alcance utópico-práctico de la ciencia académica, para coronar el saber de las élites con una libertad de todos y para todos.

Veámoslo a partir de dos afirmaciones ¿complementarias? de uno de los padres fundadores de la "ciencia social", Karl Marx:

a) los filósofos se han limitado a interpretar la realidad; ya es hora de transformarla... (Tesis 11, contra Feuerbach)

b) no es la conciencia la que determina la realidad social, sino la realidad social la que determina la conciencia (y sus contenidos, claro).

Puesto que queremos entrar a valorar la complementariedad (semejanzas y diferencias) de estas dos aserciones fundamentales de Karl Marx, debemos dejar sentado que los filósofos son un tipo de seres en los que ha encarnado la conciencia y que han tendido históricamente a quedarse en los márgenes de la realidad social (aunque no siempre sea porque ellos hayan querido; al contrario, siempre estuvieron interesados en los mecanismos del poder: hábiles para analizarlo, fueron incapaces de gestionarlo). Es decir, las dos afirmaciones se refieren a lo mismo: al lugar social-académico de los pensadores (filosofía=conciencia).

***

b) no se deduce de a). Se podría pensar en a) sin necesidad alguna de concluir b). Veamos:

Si los filósofos se han limitado a contemplar la realidad (interpretar, pensar, meditar, hacer conceptos...), Marx nos da a entender -él también- que podrían haber hecho algo más (si alguien se ha limitado a hacer algo, ¿no pensamos en que tenía en mente la posibilidad de hacer algo más?; si te dicen que te has limitado a copiar las frases literales de un texto, ¿no te están diciendo que sabías que podías hacer algo más, como por ejemplo trasladar a tus propias palabras el sentido de esas mismas frases?).

Se han limitado los filósofos a interpretar la realidad: son culpables o responsables porque podían haber hecho algo más. ¿Qué? Transformar la realidad. Sí. Pero, ¿por qué? Marx se hace eco de alguna urgencia histórica. Ésta puede y debe ser la realidad -que él conoció de primera mano- del trabajo fabril, la crueldad que trae la revolución industrial, deshaciendo realidades injustas pero manejables ideológicamente: la injusticia del Antiguo Régimen feudal-absolutista, estamental, es la de esta vida en la tierra como valle de lágrimas, según las diversas iglesias cristianas dicen: en otra vida estará la felicidad, la bondad y la belleza que no aparecen por esta en ningún lado. La transformación de las estructuras económicas, desde la agricultura hasta la industria; de la sociedad nobiliaria al dominio burgués, del tercer estado al proletariado; de la ideología consoladora del cristianismo a la brutalidad de los beneficios empresariales... todos estos cambios debían estar demasiado visibles en la conciencia de las mentes pensantes a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX. Entonces, si la religión ya no podía dar motivos para actuar, ni tampoco la búsqueda de libertad, ni la ciencia, porque la realidad manifiesta era enteramente miserable, en las muchedumbres hacinadas en las ciudades, vegetando para trabajar y seguir vegetando (sin salvarse niños ni mujeres), la mente del filósofo Marx debía encontrar ahí -en el hecho de la explotación social- la nueva necesidad de la filosofía, el motivo moral del pensamiento. Él, muy del siglo XIX, no quería hacer moral sino ciencia: materialismo histórico. Pero nunca se puede separar la mente que investiga la realidad cósmica de la que se compadece de la miseria ajena, y propia.

Es decir, b) no se deduce de a) porque en a) se ha introducido un acto de fe en la condición humana, la obligación o inquietud moral de salvar de la miseria. Esto, en el fondo, es cristiano o judío, religioso en todo caso: se inspira en la idea de la comunidad, fraternidad o hermandad de los seres humanos, su igualdad de raíz. Lo que b) dice es que la realidad social (económica, en Marx) determina la conciencia. Pero a) sólo se puede entender si es la conciencia (moral, religiosa) la que determina la realidad.

***

¿ a) se deduce de b) ? No, tampoco. Por la misma razón que hemos visto al analizar a). Lo que b) dice es que la sociedad determina la conciencia (aunque determinar no significa que la mente refleja automática o mecánicamente una determinada situación histórica, una estructura social o un modo de producción...). Esto es, si las ideas científicas, filosóficas, morales, jurídicas, políticas (todo eso que Marx incluye en la superestructura de un modo de producción, y que los antropólogos incluyen en su definición de cultura) responden a condiciones que no son ideales o abstractas, sino materiales y muy concretas, como la realidad de un modo de producción económico capitalista-burgués, explotador y alienante, no se ve por qué no se podría ser plenamente cínico y decir que las cosas son así, las tomas o las dejas... Al fin y al cabo, así se podía referir el empresario burgués a la libertad del proletario: éste era libre de contratar su fuerza de trabajo con el empresario, a cambio de (no) morirse de hambre. Esto era un chantaje, los dos lo sabían (el capitalista y el proletario), y la libertad -por consiguiente- era una burla cruel, un sarcasmo: la libertad del proletario consistía en decir que sí a un contrato laboral (por decirlo de alguna manera) que lo colocaba como esclavo mal pagado, para morirse él y su familia de hambre, a plazos. Toda esta realidad era y es inmoral. Pero las personas pueden ser plenamente inmorales (psicópatas o sociópatas) y no importarles el sufrimiento de los demás. Es decir, que para que del conocimiento de que lo que pensamos, y ocupa el trabajo de nuestra mente, depende de cómo está hecha la sociedad se traduzca en la necesidad de reformar esa misma sociedad, hace falta que tengamos alguna creencia moral o religiosa acerca del valor y dignidad de las personas. Esto no depende de ninguna ciencia, sino -como se ha dicho acerca de a)- de que la inteligencia no nos sirve sólo par mirar las estrellas (los átomos y la evolución de las especies), sino también para meditar acerca de lo que está bien o mal, aquello que queremos en nuestra relación con los demás, suponiendo que tenemos los mismos derechos y deberes y que no estamos dispuestos a hacer a los demás el daño que nosotros no queremos que ellos, por su parte, nos hagan.

En conclusión, que si las ciencias sociales, interesadas en conocer los hechos históricos y transformarlos por el bien de la humanidad, se pretenden situar en el padrinazgo o línea filosófica de uno de sus fundadores, Karl Marx, encontramos razones, a partir de la consideración de dos aserciones fundamentales del marxismo como a) y b), para pensar que eso debe ocurrir poniendo en el pensamiento de Marx una intención moral o religiosa, humanista. ¿Es esa tradición la que está presente en el pensamiento reformista socialdemócrata? Al contrario, la quiebra del comunismo histórico, del imperio del "socialismo real", ¿no devino a causa del olvido de esa parte moral que tiene que estar presente en toda política, en tanto administración de las cosas de los hombres, si no quiere convertirse en una simple tiranía?

No hay comentarios: