23 febrero 2014

Historia de la filosofía 2do de Bachillerato

(Los fallos ortográficos y de tildes hay que atribuírselos únicamente al smartphone)

Os pongo un esquema, ni siquiera un resumen, de los aspectos que debéis tratar en cada una de las seis cuestiones.

Para la primera:

La ilustración consiste en un proceso de salida de una condición mental y moral que Kant denomina como minoría de edad. Mientras que la minoría de edad física de una persona no es achacable a ella... y ya se le pasará, no ocurre lo mismo con la minoria de edad en la que sigue estando buena parte de la humanidad por no usar su inteligencia en la dirección de su vida. Esa costumbre de no pensar se basa en dos vicios de carácter, que son la pereza y la cobardía. La virtud que recomienda Kant para salir de ese estado de postración mental y poder arribar a la ilustracion, consiste justo en lo contrario: en dejar de ser perezoso y ponerse en marcha: atrévete a pensar. Cuando uno mismo no se encarga de emplear su razón propia para regir su vida, entonces, escribe Kant con no poca ironía, están otros para dirigírsela desinteresadamente. Son los tutores, y no soy yo. Un tutor para nuestro filósofo,  es alguien que posee ascendiente o autoridad sobre los demás. Sobre su conciencia y sobre su conducta. Puede ser un médico que vigila la salud y la dieta de sus pacientes. Puede ser un sacerdote que cuida la salud espiritual y el alma de su rebaño.

Para la segunda:

Una situación tal, de autoabandono de una humanidad que teniendo la capacidad no ejercita su inteligencia, aunque grave no parece irreversible. Puede ser difícil salir, a causa de la costumbre y la comodidad de que otros hagan tu vida. También pueden cometerse errores cuando uno se guía por su iniciativa. Pero se sale, con esfuerzo y paciencia. Ese estado social e histórico (la minoría edad que afecta a buena parte de la especie humana) recuerda el caso de los ignorantes prisioneros de la caverna platónica, que conocen las sombras no más. Pero hay dos diferencias. En primer lugar, los destinatarios de la ilustración no se encuentran en una situación tan desesperada como la los encadenados de la caverna, porque los tutores (los que son salvables) de Kant,  a los que se encarga o conmina para que emancipen a la humanidad de sus prejuicios y la encaminen a la luz del saber, esos tutores se dirigen a un publico de lectores, es decir a una humanidad ya alfabetizada. En segundo lugar, a diferencia de lo que ocurría con el filósofo gobernante de Platón, que debía aplicar su teoria de las ideas plasmándola en la ciudad justa y utópica, los tutores kantianos no tienen una función política en principio (aunque pueden servir también a una mala política). Cumplen su misión emancipadora empleando su libertad de expresión en aquellos campos en los que son expertos. No son sabios generalistas a los que se pueda encargar la construcción de nueva planta de la arquitectura de la ciudad entera. Son los tutores unos especialistas en sus campos respectivos: la medicina, la religión, la hacienda, el ejército...

Para la tercera:

Los tutores han de poder expresarse libremente, haciendo uso público de su razon. Sin la libertad del sabio no hay ilustración posible. No hay difusión del espíritu de libertad. Kant considera que el poder politico de un monarca ilustrado, pero que pide obediencia a sus súbditos, no ha de sufrir menoscabo si permite esa libertad. Al contrario, porque puede ser muy beneficioso deshacerse de prejuicios que al cabo pueden revolverse contra quienes los difunden y se aprovechan de ellas y de la situación de entontecimiento en que mantienen a la sociedad.
La libertad que defiende Kant no es una libertad política absoluta que destrona al monarca. A la vez que defiende la bondad y conveniencia del uso publico de la razon, que es el que alguien experto en un determinado campo del saber puede desempeñar ante un público lector, Kant señala que se debe restringir la razón en su uso privado. Kant se refiere a los limites de expresión y de acción que se les marcan a los funcionarios que tienen encomendado un puesto. Aquí no cabe razonar sino obedecer cumpliendo con lo mandado. Lo mismo que no cabe la libertad de expresión con los impuestos que hay que pagar a la hacienda. Ahora bien, las mismas personas que en el uso privado de su razon deben limitarse a obedecer, una vez que ya no están cumpliendo con su función pueden exponer públicamente sus críticas. Que son constructivas en la medida en que pretenden reformar para mejor un orden establecido. No se trata de realizar una revolución politica, sino de que se obtenga una mejoría de la sociedad existente mediante la difusion del mencionado espiritu de libertad y saber.

Para la cuarta:

Oficiales del ejército, funcionarios de la hacienda, sacerdotes son ejemplos de personas en quienes queda clara la diferencia entre "uso privado" y limitado de la razón, que es cuando están desempeñando su función y ni pueden ni deben actuar libremente ni inducir a que los demás lo hagan, sino que deben garantizar que se mantengan los órdenes militares, fiscales, religiosos, etc, y por otro lado el "uso público de la razón". Este corresponde a esas mismas personas, en la medida en que son doctos en sus materias. Pero quizá debemos estimar que Kant no está efectuando una defensa de una libertad de opinión para todos los ciudadanos, sino que solamente pueden exponer sus criticas y opiniones aquellos que tienen criterio y conocimientos.

Para la quinta:

Aunque se le puede agradecer al gran Federico el camino andado en el paso de las sombras y los prejuicios hacia la luz y la instrucción, aún queda mucho por recorrer. El reinado de Federico ha servido para que se haya pasado de la mera tolerancia pasiva de las opiniones, como un laissez faire en el campo del pensamiento, a una difusión activa del espíritu de libertad y del anhelo por instruirse y progresar.
Como se está en proceso de cambio y todavía falta mucho por conseguir, se puede decir que es una época de ilustración, de ilustracion en marcha, en proceso, pero sin que haya llegada a la meta. A esa meta ideal Kant la denomina época ilustrada. Corresponde a un estado de los asuntos de la humanidad en que esta al fin ha conseguido llegar a estimarse racionalmente a si misma, siendo consciente del respeto que se merece, de su libertad y su valor.
Generalizando estos logros, la comunidad humana habria llegado a ser una sociedad cosmopolita y en paz, una república mundial, y un reino de los fines en la tierra. Se habria dado respuesta a la tercera cuestión que se plantea la filosofía kantiana, la que pregunta qué le cabe esperar al hombre en este mundo y en el otro.

Y la sexta cuestión:

La religión representa un conjunto de creencias de todo tipo, así como de conductas rituales, en donde es muy fácil que se deslicen prejuicios y supersticiones. Por ello, ahí el examen racional es tanto más necesario, con el fin de facilitar el paso a la ilustración, la llegada a la mayoría de edad moral e histórica.
En la religión y en la historia es donde, según Kant, el hombre obtiene respuesta a sus esperanzas. Kant es personalmente un sincero creyente pietista que le deja a la religión el lugar que le corresponde, sin invadir el terreno de las ciencias, pero aportando las suposiciones fundamentales (que él denomina postulados) para la conducta moral. Esos postulados de la "razón práctica" (moral) son la existencia de Dios y la creencia en la moralidad del alma. Pero aunque deja su lugar a la religión, pretende que esta sea una religión conciliable con la razón, alejada de oscurantismos y sombras.
Por eso mismo, porque la religión afecta a la conciencia más íntima del ser humano, conviene que la tolerancia y la libertad se den en el campo de la predicación religiosa, y conviene que el sacerdote, una vez que sale del estricto ámbito de sus ritos, pueda exponer (uso público de su razón) lo que piensa al respecto de sus creencias con entera libertad. Porque ¿cómo iba a luchar contra los prejuicios quién personalmente no los desterrara de su propia conciencia? (A nosotros nos puede parecer algo lejano este insistir de Kant en la religión. Pero pensemos dos cosas: primero, que en el siglo XVIII, los Estados europeos seguían siendo, hasta las revoluciones, monarquías absolutas de derecho divino; en segundo lugar, que en la actualidad hay países, tanto cristianos como islámicos, en los que la religión tiene un importante o fundamental papel en la vida política.)
Kant considera que la libertad espiritual es fundamental para que luego se puedan desplegar las libertades en otros terrenos, como en la política por ejemplo. Y que así los súbditos de una monarquía absoluta puedan convertirse en los ciudadanos de una república de seres libres. Por prudencia o por convencimiento personal, señala sin embargo que un grado mayor de libertad iría junto con unos límites más marcados. Paradójicamente: que a mayor libertad, menos libertad.
De cualquier modo, la libertad en el grado que Kant recomienda al monarca es suficiente en sí misma para ir abriendo un campo cada vez mayor. Como una semilla o germen que puede ir desarrollándose en una humanidad.que es capaz de progresar a pesar de o gracias a que se mueve entre la sociabilidad y la insociabilidad, que son las dos tendencias antagónicas de la libertad.

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