16 diciembre 2006

FILOSOFIA 1º BACHILLERATO, CIENCIA Y TECNOLOGIA

Entrevista a Javier Echeverría, en Observatorio digital:

La Entrevista

Javier Echeverría

Doctor en filosofía y matemática, autor del libro "Telépolis"

"Navegando por Internet como ciudadanos que sabemos lo que queremos y lo que nos interesa".

SOI: ¿Puede explicarnos brevemente sus hipótesis acerca de telépolis y el tercer entorno, especialmente para muchos de nuestros lectores en América Latina que no han tenido acceso a su libro "Telépolis"?
J.E.: El tercer entorno es un nuevo espacio social posibilitado por diversas tecnologías (teléfono, televisión, redes telemáticas, dinero electrónico, videojuegos, tecnologías multimedia y realidad virtual) que permiten que los seres humanos se interrelacionen e interactúen entre sí a distancia, en red y a través de representaciones digitalizadas. El primer entorno es la naturaleza, el segundo las ciudades. En esos dos entornos la proximidad y la territorialidad (o recintualidad) definen la estructura métrica y topológica de los escenarios en donde actúan los seres humanos. En el tercero, en cambio, podemos relacionarnos a distancia y sin necesidad de estar en un mismo recinto, local o territorio, sino conectándonos a través de redes.
Si consideramos una ciudad como un espacio de interacción entre seres humanos, prescindiendo de sus componentes físicas, arquitectónicas, etc., ocurre entonces que las principales actividades que se desarrollan en las sociedades urbanas pueden también llevarse a cabo en el tercer entorno. Así ocurre con la infoguerra (o ciberguerra), las Bolsas e instituciones financieras interconectadas, la investigación científica, el comercio electrónico, el teletrabajo, la educación a distancia, la telesalud, el teledeporte, el ocio y el entretenimiento electrónicos, el ciberarte, etc. Desde este punto de vista, es posible pensar el tercer entorno como si fuera una ciudad (a distancia, global, electrónica, digital) y ésta es la idea de Telépolis. Las nuevas tecnologías antes mencionadas posibilitan la construcción de una ciudad global, Telépolis, que se superpone a las ciudades y las metrópolis actuales, y cuyo funcionamiento está basado en los flujos electrónicos a través de redes telemáticas, no en el traslado o transporte físico de bienes, personas, mercancías, etc.
SOI: Teniendo en cuenta que las redes telemáticas son la mayor expresión de la emergencia de este nuevo espacio social, el tercer entorno, ¿qué ventajas concretas aporta el uso de Internet y otras redes en el trabajo y en la vida de las personas?
J.E.: El uso de Internet en el trabajo y en la vida de las personas tiene ventajas e inconvenientes. Puesto que ustedes me preguntan por las ventajas, la principal consiste en que aumenta considerablemente nuestra capacidad de relacionarnos con personas, instituciones, corporaciones, etc. Ya no estamos limitados a relacionarnos únicamente con nuestros vecinos, conciudadanos o compatriotas, u obligados a trasladarnos físicamente para conocer otros países, culturas y ciudades, sino que podemos relacionarnos a través de las redes telemáticas con personas distantes geográficamente y diversas culturalmente, pero que pueden tener aficiones o intereses comunes a los nuestros. La segunda ventaja estriba en la capacidad para obtener información a través de las redes, dada la abundancia de información que hay en las redes y su estructura hipertextual. La tercera consiste en la flexibilidad del tiempo, ya que podemos elegir a nuestro antojo el momento en el que nos conectamos al tercer entorno, en lugar de estar determinados, por ejemplo, por el horario de trabajo, de espectáculos, etc. En cuarto lugar, las redes telemáticas pueden ser especialmente beneficiosas para personas que viven en países pobres, en pueblos distantes, o también para discapacitados físicos. Sin embargo, también tienen muchos riesgos e inconvenientes, aunque no entro a señalarlos.
SOI: Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique, asegura que la información, que durante siglos ha sido muy escasa, incluso inexistente, ahora es sobreabundante y que esta sobreabundancia puede crear confusión o aumentar la sensación de confusión. ¿Qué criterios utiliza para seleccionar la abigarrada información presente en Internet?
J.E.: Manuel Castells, que en muchos puntos coincide con Ramonet, no piensa así sobre ese punto. En su trilogía sobre la Era de la Información afirma que en todas las sociedades ha habido mucha información, y también conocimiento. La novedad estriba en que la información y el conocimiento son el motor de la economía informacional, mientras que en las sociedades agrícolas e industriales lo principal eran las materias primas, la energía y la manipulación de entidades físicas. Dicho esto, es claro que en Internet hay una sobreabundancia de información, por lo que los sistemas de búsqueda, organización, presentación, recuperación y almacenamiento de la información pasan a tener una importancia fundamental. Por mi parte, no suelo navegar por Internet, como tampoco acostumbro a deambular sin norte por los campos o las ciudades. Uso Internet para relacionarme con las personas, instituciones o corporaciones que me interesan, y por lo tanto suelo ir a tiro fijo, o si se prefiere a Web fija. Cuando tengo que buscar información sobre cosas nuevas, trato de buscar páginas Web que tengan buenos links. Para mí, el criterio de calidad principal de una página WEB son sus links, porque a través de ellos llego a sitios WEB nuevos e interesantes. Perderse en una ciudad es muy fácil si uno no tiene direcciones a donde ir, lugares que frecuenta, personas que le aconsejan ir a una u otra dirección. Otro tanto ocurre en Telépolis, y en concreto en Internet. No se trata de hacer surf o de navegar por Internet, sino de comportarnos como ciudadanos que saben lo que quieren y lo que les interesa. Así es como uno se abre paso sin problemas en la selva informacional que es Internet.
SOI: ¿De qué forma las redes telemáticas pueden contribuir a un desarrollo sostenible de las zonas menos favorecidas del planeta, y cuál puede ser la situación futura de estas zonas si no logran desarrollar las infraestructuras necesarias?
J.E.: El tercer entorno es un invento del Primer Mundo, y en concreto de las zonas y países del Primer Mundo que tienen un mayor desarrollo científico, tecnológico y financiero. Por tanto, soy muy pesimista con respecto al futuro de las zonas menos favorecidas del planeta en el nuevo espacio social. Lo normal es que el abismo que ya existe se haga más ancho y profundo, lo cual puede generar problemas graves, desequilibrios entre las diversas sociedades. Incluso en el Primer Mundo surgirán diferencias cada vez mayores entre los infopobres y los inforricos, es decir, entre las personas que se han adaptado al tercer entorno y son competentes al moverse y al intervenir en el nuevo espacio social y las que no lo son. Por eso muchos sociólogos afirman que vamos hacia una sociedad dual, es decir, hacia una sociedad con enormes diferencias internas en función de su nivel de integración en la sociedad de la información. La creación de las infraestructuras de la información en las zonas menos favorecidas es una prioridad, pero no la única. Tan importante o más es educar a los ciudadanos para el tercer entorno, y no sólo para el primero o el segundo. Asimismo es fundamental que la estructura del poder en el tercer entorno sea democrática, cosa que ahora no ocurre. En la medida en que los usuarios de las redes nos pensemos como ciudadanos (no como consumidores o clientes) y en que reivindiquemos nuestros derechos y tomemos parte en los procesos de toma de decisiones sobre la construcción y organización del nuevo espacio social, podremos decir que el tercer entorno es un espacio civil y democrático, o que vamos hacia una sociedad democrática de la información. Pero esto no sucede hoy en día, e incluso parece una utopía que pueda llegar a ocurrir. Por eso afirmo que el tercer entorno es una estructura neofeudal, dominada por los señores del aire (o señores de la red), no por los Estados ni por los representantes de los ciudadanos de Telépolis.
SOI: En esta sociedad neofeudal de la información en la que estamos, como usted define el momento actual, ¿cómo lograr democratizar y humanizar dicha sociedad?
J.E.: Para democratizarla, lo primero es afirmar la primacía del poder civil sobre otras formas de poder, y en concreto sobre el poder militar, económico y financiero. La cuestión de las elecciones es posterior. Hoy en día, quienes dominan el tercer entorno son los señores del aire, es decir, las grandes empresas transnacionales de teleservicios (telefónicas, televisivas, informáticas, de dinero y banca electrónica, etc.). En el tercer entorno no existe un poder político civil, y ni siquiera hay atisbos de que vaya a haberlo, pero es lo primero que hay que intentar crear. Se trata de constituir Telépolis, no sólo de construir las infraestructuras de la información. Constituir Telépolis implica afirmar esa primacía de lo civil, elaborar una nueva declaración de derechos humanos básicos (en el tercer entorno), instituir una autoridad judicial para resolver los conflictos, generar un poder parlamentario que elabore normas y leyes para el tercer entorno y, en último término, crear un poder ejecutivo que aplique y haga respetar esas normas. Bien entendido que esos tres poderes civiles serían transnacionales, lo cual plantea enormes problemas, por romper principios básicos de la organización política en el segundo entorno, como la soberanía de los Estados en su territorio jurisdiccional. Humanizar el tercer entorno sería otro de los objetivos, además de civilizarlo y democratizarlo. Por humanizar las redes entiendo hacerlas accesibles a cualquiera sin discriminación por la edad, la cultura, la lengua y el nivel de formación de cada persona, así como lograr que los escenarios telemáticos sean gratos, amables y fáciles de uso, entre otras muchas cosas.
La tarea de civilizar, democratizar y humanizar el tercer entorno es ingente, y durará varias décadas. Y no hay que olvidar que quienes dominan el tercer entorno, es decir, los señores del aire, se opondrán a ello, luchando por mantener e incrementar su poder en el nuevo espacio social. Así que en las redes telemáticas habrá múltiples conflictos, como ya comienza a ocurrir en Internet.
SOI: ¿Cómo la sociedad civil puede enfrentar el poder creciente de "los señores del aire", que cada día avanzan en el control de redes, contenidos y de los mismos ciudadanos?
J.E.: Autoorganizándose, exigiendo sus derechos fundamentales y luchando para que haya representantes de la sociedad civil que tomen parte en los procesos de toma de decisiones. Asimismo boicoteando o abandonando a aquellos señores del aire que sean particularmente desmedidos al ejercer su poder sobre las redes y las tecnologías que nos permiten acceder a ellas. Una tercera vía es organizando comunas o ciudades libres en el tercer entorno, como ya sucede (por ejemplo, con la plataforma LINUS). Por último, también hay que exigir a los gobiernos y a los Estados que traten de poner límite al poder creciente de los señores del aire, aunque soy bastante pesimista con respecto a la eficacia de esta cuarta línea de acción. En resumen, se trata de organizar movimientos sociales de tercer entorno, así como agrupaciones que luchen por los objetivos antes mencionados (civilización, democratización y humanización).

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Una conferencia del mismo filósofo.

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