01 febrero 2009

FILOSOFIA 2º BACH CT/HUM, DESCARTES, PARTE IV

Entremos en materia:

Ya hemos visto la utilidad del método cartesiano en el campo de las matemáticas. Ahora se trata de ver su utilidad en el campo de la filosofía, en el ámbito de esas reflexiones o especulaciones que, a causa de que son fundamentales para edificar de nueva planta la construcción cartesiana del saber, son meditaciones que pertenecen al campo de la metafísica o de la filosofía primera.

Es decir, se trata de un tipo de pensamientos, los que va a desarrollar Descartes en esta Parte IV, que importan porque nos van a servir para dar con los principios fundamentales del saber.

Van a posibilitar la reforma de la filosofía y de las ciencias, ese proyecto personal, sometido a reglas de un método, que Descartes emprende porque no le satifacen los conocimientos que han ido apareciendo y que él ha ido aprendiendo en su experiencia vital.

Hemos visto eso en la Parte II, parte que ya hemos debido leer por nuestra cuenta, que hay muchos y diversos motivos que han llevado a Descartes a buscar por su cuenta el método o conjunto adecuado de reglas que permita la unidad del saber.

O sea, que en las ciencias no tiene por qué haber opiniones diferentes, ni contradicciones, ni acumulación de las creencias de unos y de otros a lo largo del tiempo. Es ése justamente el defecto que señala Descartes en la filosofía anterior (la escolástica), aquella en la cual él ha sido educado y que, por eso, porque tiene defectos, él pretende reformar.

Pues bien, lo primero que va a hacer en esta Parte IV es proceder a sistematizar los motivos que tenemos para dudar de los conocimientos que van llegando por diversas vías y formas a nuestra mente.

Enumerando los diversos motivos que hay para dudar (recuerda que se duda no por dudar y ya está, sino para alcanzar verdades evidentes, claras, distintas, indudables, etc., que es lo que nos demanda la primera regla del método), enumerando esos motivos encontramos que:

-Los sentidos nos pueden engañar muchas veces en las cosas que percibimos. No es difícil encontrar ejemplos de ello. así que podemos fingir, dice Descartes, podemos imaginar que nos pueden engañar siempre. o sea, que podemos equivocarnos continuamente en lo que vemos y oímos: espejismos, alucinaciones, etc.

-A veces los sueños que tenemos nos dan una gran impresión de viveza, y sin embargo no son más que sueños y no son reales; aunque nosotros los vivamos y experimentemos miedo y angustia en ellos. Así que la realidad que creemos que es real puede confundirnos igual que un sueño, y, ¿por qué no?, puede ser soñada. O que nos la hagan soñar.

-Nos fiamos mucho de nuestros razonamientos matemáticos, hasta el punto de que de ahí ha sacado Descartes las reglas de su método, pero ¿por qué no habríamos de equivocarnos también en ellos, como de hecho sucede a veces?

Entonces, si ni la razón ni los sentidos nos sirven, si no estamos seguros de poder distinguir lo que soñamos de lo que vivimos cuando estamos despiertos, ¿nos queda alguna posibilidad de conocer, se pregunta Descartes?

Vamos a pensar un poco, con Descartes... Si llegamos a dudar de todo, queda, sin embargo una realidad indudable (esto es, una verdad), queda una cosa firme que se va manteniendo en todo momento. A pesar de todas las dudas, y junto con ellas.

Yo que dudo, yo que pienso que todo es dudoso o engaño, que todo puede ser falso o soñado, incluso fabricado por una especie de genio, dios o diablo maligno (como señala Descartes en otra obra), yo que me imagino todas estas cosas... con lo mismo que lo estoy pensando, como que lo estoy pensando... pues entonces puedo concluir que yo soy o existo.

Ojo!, no se trata de un razonamiento o prueba o demostración de tipo matemático o lógico, con sus pasos que son como los eslabones de una cadena, que tenemos que ir recorriéndolos ordenadamente uno detrás de otro, sino que se trata de una intuición, evidencia o verdad inmediata. Esto es: yo pienso, (luego) yo soy o existo.

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