24 marzo 2009

FILOSOFIA 2º BACH CT/HUM, NIETZSCHE

LO QUE YO ESCRIBÍ EN EL BLOG EL AÑO PASADO:

¿Cómo comentaría yo el texto de Nietzsche?

Para empezar: paciencia---

Después lectura y subrayado, también pacientes---

Después, claridad: convirtiendo el texto muy poético de Nietzsche en palabras claras---

Se tratará, para comprender el texto de Nietzsche, de contrastarlo con lo que ya sabemos.

En particular, podremos coger algunos términos muy significativos, como es el término "idea" y ver el uso que le han dado Platón y Descartes en los otros textos que hemos leído.

¿Te suenan?

Sabemos que:

a) Platón localiza las Ideas como en un mundo aparte, diferente de este mundo de los sentidos al que estamos naturalmente acostumbrados. Platón necesita las ideas (Justicia, belleza, Bien) para ordenar el conocimiento del mundo (para hacer la ciencia) y para ordenar políticamente la ciudad (la polis), y hacer un estado que sea perfecto porque sea justo. Estos fines u objetivos se logran después de un largo proceso educativo (que simboliza por ejemplo las imágenes de la línea y de la caverna), a través del cual el alma racional se va haciendo sabia y buena en la medida en que se va olvidando del mundo de los sentidos y de las opiniones, errores, ignorancias, etc. propias de ese mundo y de las personas que no salen de él (= que no se educan).

b) En Descartes la situación se nos muestra más compleja. Descartes desconfía igualmente de las opiniones, entre las que se incluyen las creencias que ha aprendido de sus maestros, que tienden a contradecirse, en vez de manejarse con un único criterio coherente y ordenado. Pero a diferencia de Platón parece que Descartes se pone a reflexionar en el interior de su propia mente.

Es decir, Descartes se fija, antes de todo, en el lado subjetivo, personal, íntimo, interior, etc, etc. del conocimiento. Descubre así que no puede fiarse de nada, ni de los sentidos, ni de si está despierto ni incluso de su inteligencia matemática (y eso que las matemáticas representan para Descartes el modelo de saber ordenado, riguroso y científico).

Pero dudando descubre, en sí mismo y en su misma duda, una verdad, por lo menos. Esta verdad consiste en que es indudable que PIENSO, LUEGO SOY (EXISTO). Luego viene otra verdad, que obtiene cuando se pone a rastrear cuáles pueden ser otros contenidos o ideas de su mente, una vez que ha conocido, por lo menos (ya lo hemos dicho) que ÉL ES UNA COSA QUE PIENSA.

Pues bien, dentro de él encuentra una idea que es absolutamente desproporcionada para su condición (recordemos que él es una cosa que piensa, pero que empieza dudando). Esa idea es la de DIOS, que desempeña en el pensamiento de Descartes un lugar equivalente (a fin de ordenar la realidad y la ciencia) a la Idea de Bien en el pensamiento platónico.

Finalmente resultará que esta idea de Dios es la verdadera razón de que el pensamiento de Descartes (y todo el pensamiento humano) pueda funcionar: pues se trata de un Dios bondadoso que no va a engañarnos (pues engañar sería un defecto de Dios, y sabemos que Dios debe ser perfecto en su definición: si no, no sería Dios), de manera que no vamos a dudar ya de la existencia del mundo exterior. Es decir: que del mundo exterior se puede tener conocimiento, hacer ciencia físico-matemática.

***

Vamos a Nietzsche: el título del libro del que forma parte el texto que se comenta es El crepúsculo de los ídolos. Dicho de otra manera: El final de la filosofía, puesto que los ídolos para Nietzsche son las "ideas" (las de Platón, las de Descartes, las de la religión cristiana) de las que se ha ido ocupando la filosofía a lo largo de la historia cultural europea.

Nietzsche ejerce su filosofía como un médico la medicina: diagnosticando, sospechando todavía más de lo que sospechaba o dudaba Descartes. Pues Nietzsche duda incluso de la misma razón que es la facultad mental que permite poner en marcha la filosofía.

Nietzsche ve lo que hacen los filósofos con la realidad que nos es más inmediata, la de los sentidos, los cuerpos, la material, la apariencia que constantemente tenemos delante.

Entonces ve que los filósofos no respetan esa realidad, sino que se comportan con ella igual que sepultureros o momificadores ("egipticismo"): porque le ponen etiquetas o ideas a las cosas, y luego, además, sostienen que esas ideas son lo primero, la auténtica realidad de la que deriva todo lo demás (Nietzsche escribe, así, que los filósofos confunden lo que debe ser último, las ideas, con lo primero y más importante, lo de más rango y valor).

¿De dónde viene todo este error que van cometiendo los filósofos continuamente?

Ocurre, aunque los filósofos no quieran reconocerlo, que se comportan como adoradores, aunque ellos pretenden ser racionalistas, críticos, matemáticos, científicos, exactos, rigurosos, etc. etc.

Se comportan como unos perfectos personajes religiosos que, por odio a la vida y porque su condición personal es la de débiles y enfermos, tienen que resentirse y odiar la vida e inventarse un mundo mejor: así que se inventan un mundo inteligible o un reino de los cielos.

Pero para hacer esto han tenido que negar el único mundo con el que realmente contamos, el único mundo del que tenemos pruebas de que existe: han negado este mundo aparente de los cuerpos, de las personas de carne y hueso y de los sentidos.

Sí, definitivamente la filosofía consiste en una fe o creencia, en una veneración: en una fe en la razón, pero porque se cree demasiado en las palabras, en el lenguaje, y se confunde estas útiles herramientas de la vida (las palabras) con la verdadera realidad---

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