15 marzo 2009

FILOSOFIA 2º BACH CT/HUM, SOBRE KANT

Esquema del texto:

No hay nada que podamos los seres humanos que es bueno sin límites, excepto lo que se denomina la BUENA VOLUNTAD.

Esto significa que no se puede valorar la conducta de las personas (de los seres racionales en general, dice Kant) por sus cualidades de carácter o de inteligencia.

Sino que lo fundamental es la disposición o intención con las cuales las personas se conducen unas con otras, o consigo mismas.

Para entender lo que es BUENA VOLUNTAD Kant nos propone el concepto de DEBER, y diferentes situaciones que con arreglo a él se nos pueden presentar: actuar contra el deber, actuar conforme al deber y actuar por deber.

Pues bien, nada más que en el último caso, el de la actuación por deber y nada más que por deber es donde se puede localizar la buena voluntad.

Como escribe Kant, en lo relativo a la valoración moral de las conductas no importan los resultados que se pretendan obtener, los propósitos (las cosas que nos proponemos), el éxito o no, etc.

Lo que importa es el principio o regla subjetiva que tomamos en consideración en nuestra voluntad o querer. Es decir, que nuestra actuación sea porque es nuestro deber y no por otra cosa que estemos buscando. Ni porque nos guste y le convenga a nuestros deseos (inclinaciones, escribe Kant).

Ahora, ¿en qué consiste ese deber en el que recae el mérito o el demérito de nuestras acciones? El mérito si cumplimos con el deber, el demérito si sucede lo contrario.

Consiste en que ajustamos nuestras acciones a lo que nos dice la ley moral...

O sea: que buena voluntad = deber y deber = ley moral. A causa de lo cual la buena voluntad consiste en el cumplimiento de lo que es la ley moral (si a = b y b = c, entonces a = c). ¿En qué consiste ésta?

Nos tiene que parecer raro, en principio, que nuestra voluntad, lo que es lo mismo que decir nuestra libertad, sea lo mismo que ceñirse por unas obligaciones, como son las cosas que nos imponen las leyes de conciencia morales.

Pero no sería tan extraño si resultara que somos nosotros los mismos que nos damos esas mismas leyes, que las promulgamos para nosotros. Con lo cual se puede decir que somos autónomos, independientes y que nuestra libertad se mantiene bien resguardada. Soy yo mi amo, ningún otro...

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