19 abril 2010

HISTORIA DE LA FILOSOFIA, 2º BACH

PARA ENTENDER A LOCKE, CONTEXTO

 (SIGO)

Entonces, con tantos cambios como se producen en la época moderna, del siglo XV en adelante, no es extraño que las antiguas "cosas" seguras que tenía la humanidad caigan derribadas, como estatuas de barro. Así, el geocentrismo cae, barrido por un nuevo concepto del mundo (el heliocentrismo de Copérnico y la Física matemática tal como la conocemos). Por ejemplo, no se puede entender lo que significa Descartes si no es a causa de la crisis en que entran las ciencias y los saberes que han ido pasando desde el mundo griego antiguo a la edad media. Lo único que se salva, al decir de Descartes, es la matemática. Ahí se encuentra el máximo de rigor, y el mínimo de prejuicios, el mínimo de creencias no demostradas.

Si en la ciencia hay esa crisis (ya digo que el Discurso del método de descartes es un intento de responder a esa crisis mirando en la matemática como el lugar en donde se pueden hallar reglas para superar la crisis, la duda, etc.), pues en el tema de la política, de la organización del estado no ocurre nada diferente. Ya no se piensa que los seres humanos seran animales políticos por naturaleza (mundo griego antiguo), ni que la religión baste para proponer un orden político (como había pasado en el mundo medieval).

Así que: de la misma manera que es la inteligencia matemática de los individuos la que, sirviéndose de las reglas del método, tienen que encontrar por su cuenta las verdades en la ciencia y en la filosofía (como sucede en Descartes), en el campo de la política son los mismo individuos los que tienen que servirse de su razón natural, viendo lo que les conviene, para establecer un contrato o pacto social que permita la convivencia y que les sirva a todos los individuos humanos para obtener beneficios. Estos beneficios, que a nosotros nos parecen evidentes, no lo eran tanto en una época tan convulsa, tan difícil, como aquella que le tocó vivir a Locke, y a Descartes.

Es decir, que en esa época (siglos XVI y XVII) no se puede decir que hubiera ni paz, ni seguridad, ni oportunidades para las libertades individuales de pensamiento, de expresión, políticas, etc. Si se hace un contrato, si los individuos burgueses propietarios (no tenían que ser grandes propietarios) se comprometen, según Locke, a entrar a formar parte de una sociedad es porque, evidentemente, ven que ahí pueden obtener un bienestar y una felicidad mayor que si siguieran cada uno trabajando por su cuenta. Es decir, que a cambio de aceptar el gobierno, el estado y los poderes en que se divide, se obtiene un beneficio y una utilidad mayor que dejándose guiar por la libertad natural, por el Estado de naturaleza.

Locke no resulta tan pesimista como su antecesor Thomas Hobbes, que consideraba que la ambición de todos y cada uno de los seres humanos les llevaría a la destrucción mutua y a un estado de guerra perpetua. En el tiempo de Locke la situación para los burgueses se había tranquilizado algo (por lo menos en Inglaterra). Pero Locke no era tan ingenuo: suponía que si las personas se dejaran llegar por sus tendencias naturales podrían surgir conflictos entre ellas. Que si cada uno se pusiera por su cuenta a ejercer sus derechos (su poder de jurisdicción) entonces se podrían producir colisiones de un individuos con otros.

Entonces... ahí viene la solución de Locke: se pacta formar parte de una sociedad civil, de una comunidad, de un estado, etc. (se trata de expresiones casi sinónimas). Así se renuncia a la libertad natural, se acatan las leyes, pero no se renuncia a los derechos a la vida, a la libertad, a la economía y el trabajo. Puestos que son estos mismos derechos los que se ven beneficiados por el hecho de que consintamos todos en seguir una norma (en lugar de hacer cada uno la guerra por su cuenta, nunca mejor dicho)...

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