14 noviembre 2011

HISTORIA DE LA FILOSOFIA 2º BACH, TOMÁS DE AQUINO

Comentarios al texto sobre la ley natural (ST, I-II, 94, 2). Iré añadiendo/modificando cosas conforme vayamos leyendo y comentando en clase. Pongo aclaraciones a los términos que voy subrayando, en letra visiblemente más grande:

La ley natural, ¿comprende muchos preceptos o uno solamente? 

Objeciones  por las que parece que la ley natural  no comprende muchos preceptos, sino solamente uno. 

1. Como ya vimos, la ley /norma por la que regulan sus acciones los seres humanos/ pertenece al género del precepto /obligación, mandato/. Luego si hubiera muchos preceptos en la ley natural /esta ley sería la misma para todos los seres humanos, con independencia de que vivieran en un sitio o en otro; esta ley natural no es la ley positiva o exterior que disponen los gobiernos, sino un tipo de ley interior que se conoce con la razón de cada uno/ se seguiría que también serían muchas las leyes naturales.

2. La ley natural es algo consiguiente a la naturaleza humana /la ley natural no solamente va incluida en la condición de cada ser humano, sino que es accesible a la conciencia de cada ser humano; cada persona puede saber cuáles son sus obligaciones por naturaleza, le basta con emplear su razón o inteligencia para darse cuenta/. Mas la naturaleza humana, aunque es una considerada como un todo, es múltiple en sus partes. /Pensemos en lo que sostenía Platón acerca del ser humano: el ser humano es un compuesto de cuerpo mortal y de alma inmortal; a su vez, en el alma se encuentran la razón, el ánimo o voluntad, y los deseos y pasiones. Es decir, que primero decimos que el ser humano estaría compuesto de dos partes, cuerpo y alma; y luego veríamos que su alma está también "tripartida"/ Por eso, la ley natural, o bien consta de un solo precepto por la unidad de la naturaleza humana como un todo, o bien consta de muchos por la multiplicidad de la naturaleza humana en sus partes. /Claro: porque habría apartados de la ley natural para la razón, para el ánimo y para los deseos, por ejemplo. Esto es: a cada parte del ser humano lo que le corresponde/ Pero en este caso también las inclinaciones de la parte concupiscible deberían pertenecer a la ley natural. 

3. La ley, como ya vimos es cosa de la razón./Ya lo hemos dicho: la ley natural va en la condición humana, forma parte de la esencia de la persona, y la razón de la persona debe ser consciente y sabedora de esa misma ley/ Pero la razón en el hombre es una sola. Luego la ley natural sólo tiene un precepto.

En cambio consta que los preceptos de la ley natural son en el orden práctico /lo que pertenece a la ética y a la política, el ámbito de la razón práctica; que es el terreno del empleo de la inteligencia enfocado a las relaciones con los demás seres humanos, se trate de normas de la conciencia moral o de las leyes que regulan las relaciones en la comunidad/ lo que son los primeros principios en el orden de la demostración /el ámbito de la razón teórica o especulativa; el campo de las ciencias y la filosofía, y también, llegado el caso, el de la teología natural o racional/. Pero estos primeros principios /esto es: los axiomas, las primeras verdades, que por ser las primeras verdades son absolutamente evidentes y el fundamento de las demostraciones que vengan después, de lo que los matemáticos denominan desde antiguo teoremas/ son muchos. Luego también son múltiples los preceptos de la ley natural. 

Solución. Hay que decir: Como ya dijimos, los principios de la ley natural son en el orden práctico lo que los primeros principios de la demostración en el orden especulativo /es decir, tanto en el campo de las ciencias y los saberes teóricos, en la filosofía, como en los asuntos prácticos de la ética y de la política, que son los asuntos de la vida humana en relación, nos encontramos con que existen unos fundamentos básicos, unos axiomas o principios/, pues unos y otros son evidentes por sí mismos. /Pero el problema es que sean evidentes no en sí mismos, objetivamente, sino para nosotros, subjetivamente, que nosotros lleguemos a conocer su verdad. Ya hemos visto que esto no era posible para conocer la esencia de Dios. Es decir, que no podíamos llegar a comprender todos los predicados que convienen a la naturaleza de Dios, sino que nuestra inteligencia debía limitarse a seguir unas vías o sendas de argumentación, semejantes a las de la caverna platónica, que nos servían para llegar a la conclusión de que Dios existe, nada más. Y eso viendo que en en el mundo hay algo que es Causa última, Motor último, Ser Necesario, Perfección Máxima o Inteligencia que diseña el universo. A lo cual "llaman Dios", sostiene Santo Tomás. Lo que pongo aquí sirve también para el comentario y comprensión del párrafo siguiente/

Ahora bien, esta evidencia puede entenderse en dos sentidos: en absoluto y en relación a nosotros. De manera absoluta es evidente por sí misma cualquier proposición /una proposición o juicio contiene un pensamiento, por una parte; y, por otra, se refiere a la realidad; si coincide o se adecua lo que dice con lo que es, la proposición es verdadera; si no, no. La proposición se compone de sujeto, que es aquello de lo que se enuncia, y de predicado, que contiene las cualidades del sujeto/ cuyo predicado pertenece a la esencia /aquellas cualidades o predicados que se incluyen de manera necesaria en la definición de una cosa o sujeto o sustancia/ del sujeto; pero tal proposición puede no ser evidente para alguno, porque ignora la definición de su sujeto. 
Así, por ejemplo, la enunciación «el hombre es racional» es evidente por naturaleza /se trataría de lo que se denomina juicio analítico, que es una proposición que se limita a mostrar lo que está implícito en el sujeto, sin informar de nada nuevo/, porque el que dice hombre dice racional; sin embargo, no  es evidente para quien desconoce lo que es el hombre.

De aquí que, según expone Boecio en su obra  De hebdomadibus, hay axiomas o proposiciones que son evidentes por sí mismas para todos; y tales son aquellas cuyos términos son de todos conocidos, como «el  todo es mayor que la parte» o «dos cosas iguales a una tercera son iguales entre sí». Y hay proposiciones que son evidentes por sí mismas sólo para los sabios, que entienden la significación de sus términos. Por ejemplo, para el que sabe que el ángel no es corpóreo y entiende lo que esto significa, resulta evidente que el ángel no esta circunscrito a  un lugar /puesto que no está compuesto de cuerpo y alma -solamente son alma- como están compuestos los seres humanos; y por ello no ocupa lugar; el lugar o espacio es el límite de los cuerpos/; mas no así para el indocto, que desconoce el sentido estricto de estos términos. /Recordemos que el indocto o ignorante del argumento ontológico de San Anselmo no sabía lo que estaba diciendo con la palabra Dios cuando se atrevía a decir, neciamente, que Dios no existía; no se daba cuenta de que en la esencia del sujeto Dios está el predicado existencia/

To be continued...

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