26 septiembre 2020

HISTORIA DE LA FILOSOFÍA 2º BACH A y B (lunes-miércoles 28-30 sept.)

Los inicios de la filosofía: del mito al logos.

1.       Del mito al logos

 La filosofía es una actitud o disposición humana innata, porque el asombro y admiración por la realidad viene “de serie” con nosotros, desde los inicios de la humanidad en el planeta. La filosofía, aparte de una actitud, es una “disciplina” o saber, con una serie de rasgos concretos.

 Surge en el Asia menor, en torno al siglo VI aC, entre los colonos griegos que vivían allí. De las colonias radicadas en esa zona, Mileto es fundamental. De allí son los primeros filósofos naturalistas: Tales, Anaximandro y Anaxímenes.

Antes del comienzo de la filosofía, los mitos eran el tipo de saber que suministraba el conocimiento de la realidad natural, social, etc. De cualquier clase de hechos: sociales, físicos (el cambio estacional, las tormentas…), o incluso del universo entero y su origen (génesis), el origen de los mismos dioses y del ser humano, el mal y la injusticia, etc. En las religiones, en los ritos y en la magia se concretan y traducen de manera práctica los mitos. Se trata de ganarse la confianza de los dioses, de obtener su colaboración para obtener beneficios de todo tipo.

 En Homero (Ilíada y Odisea) y en Hesíodo (Teogonía, Los trabajos y los días) encontramos todo un repertorio de relatos concernientes a la historia de los dioses y la formación del universo (cosmogonía).

 Se puede decir que la filosofía (“amor al saber” propio de los humanos, que no son “sabios” como los dioses, dice Pitágoras) se basa en las mismas intenciones y preocupaciones de los mitos: dar una explicación de la realidad, de toda la realidad (humana, social, cósmica). De hecho se ha podido considerar al mismo Hesíodo como un protofilósofo:

 En primer lugar existió el Caos. Después Gea la de amplio pecho, sede siempre segura de todos los inmortales que habitan la nevada cumbre del Olimpo. En el fondo de la tierra de anchos caminos existió el tenebroso Tártaro. Por último, Eros, el más hermoso entre los dioses inmortales, que afloja los miembros y cautiva de todos los dioses y todos los hombres el corazón y la sensata voluntad en sus pechos. Del Caos surgieron Érebo y la negra Noche. De la Noche a su vez nacieron el Éter y el Día, a los que alumbró preñada en contacto amoroso con Érebo. Gea alumbró primero al estrellado Urano con sus mismas proporciones, para que la contuviera por todas partes y poder ser así sede siempre segura para los felices dioses. También dio a luz a las grandes Montañas, deliciosa morada de diosas, las Ninfas que habitan en los boscosos montes. Ella igualmente parió al estéril piélago de agitadas olas, el Ponto, sin mediar el grato comercio. (Hesíodo, Teogonía)

 Sin embargo, aunque las preocupaciones (la de hallar una comprensión satisfactoria del universo) sean similares, los medios de obtenerla son radicalmente diferentes.  Sin ir más lejos, vemos en el fragmento de Hesíodo citado cómo elementos y fuerzas naturales (personificados) se "explican" a través del relato de una descendencia de dioses (una teogonía).

 Así, los mitos son sobrenaturalistas, consisten en narraciones que refieren historias de acontecimientos de dioses y otros personajes sobrehumanos. Se basan en la libertad de estos seres sobrehumanos, en las relaciones matrimoniales que establecen, en el puro capricho y la voluntad de los dioses, que son felices e inmortales, muy por encima de los seres humanos. Aunque los dioses tienen la costumbre de mezclarse con los humanos, para perjudicarles muchas veces. Es verdad que incluso por encima de los dioses, está el destino, al que todo se somete.

 Pues bien, la filosofía, el logos, procede de una manera radicalmente diferente. Lo primero: busca en la naturaleza, en la physis, la explicación misma de las cosas del mundo que conocemos. Quiere obtener los principios o elementos (el arjé) del que depende, se origina y forma toda la realidad. Aquí no interviene la voluntad caprichosa y las relaciones de los dioses entre ellos y con los humanos. El logos busca obtener leyes impersonales, estructuras que fundamentan la realidad y que están detrás de las apariencias. Aunque las apariencias sean múltiples, se debe hallar un fundamento común y constante detrás de todas las transformaciones naturales. Es decir, se debe hallar la verdad oculta tras los fenómenos, tras la apariencia.

 Está claro que de esta manera el logos rompe con el mito. El mito se basa en la tradición, en lo que primero ha ido transmitiéndose oralmente y después se pasará por escrito. El logos (=la razón, el discurso científico) quebranta esa tradición y se basa en el pensamiento autónomo, y en hipótesis que se pueden comprobar con la experiencia.

 Al comienzo  los filósofos presocráticos (con más o menos base se establece un primer período de la filosofía, antes de Sócrates, que pertenece al siglo V aC) se van a centrar en el problema del cosmos (su origen a partir de uno o varios principios =arjai). Son filósofos naturalistas, fisiólogos, porque no se ocupan de manera principal de las cuestiones éticas y políticas, sino de la naturaleza más general y de sus principios materiales.

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