19 enero 2021

HISTORIA DE LA FILOSOFÍA 2º BACH

(APUNTES PARA EXAMEN) HISTORIA DE LA FILOSOFIA, 2º BACH., TEXTO DE TOMAS DE AQUINO SOBRE  LA LEY NATURAL (SUMA TEOLÓGICA) 

1. Tomás de Aquino, o santo Tomás de Aquino (1225-1274) para el catolicismo, representa la culminación de la filosofía escolástica cristiana medieval. La filosofía escolástica une la filosofía antigua, fundamentalmente Platón y Aristóteles, con los datos de la religión cristiana.

En el caso de Tomás de Aquino es fundamental la influencia de Aristóteles, el cual se había recuperado a a través de otras tradiciones culturales y religiosas, como el musulmán y cordobés Averroes.

Básicamente la filosofía de Tomás de Aquino intenta conciliar lo que se conoce por la razón y lo que se conoce por la fe. Pero siempre debemos tener en cuenta que se trata de un teólogo cristiano en el que la revelación divina acaba siendo determinante. Es decir, no existe una doble verdad, y si lo que dice la religión y la filosofía es contradictorio, habrá que sostener que la verdad está en lo que sostiene la religión.

2. El texto que comentamos de Tomás de Aquino pertenece a su obra Suma Teológica, una obra de carácter académico, que sirve de guía o manual a los estudiantes. De ahí la forma escolar, ordenada, de exponer, señalando argumentos a favor y en contra y respondiendo finalmente a ellos.

En concreto se trata de un texto de carácter ético-político. La ética tomista parte, de forma similar a como hacían los filósofos griegos (Platón, Aristóteles), de un análisis de la naturaleza del ser humano. Los seres humanos, a diferencia de otros seres naturales, están dotados de inteligencia racional y de libertad.

Aristóteles determinaba que el objetivo de los seres humanos, aquello a lo que tienden, es la felicidad. Pero para Tomás de Aquino la felicidad no consiste solo en aquello que más perfecciona al ser humano, el desarrollo de la inteligencia. Como pensador cristiano, estima que la felicidad completa de las personas está también en la contemplación de la divinidad.

3. El tema específico de este texto es la ley natural. Puesto que los seres humanos están dotados de razón, son capaces de establecer normas de conducta que les corresponden por naturaleza (ley natural). La ley natural se fundamenta en la ley eterna con la que Dios gobierna el mundo (providencia).

La ley natural es la misma para todos los seres  humanos, con independencia de que vivan en un sitio o en otro. Esta ley natural no es la ley positiva o exterior que disponen los gobiernos, sino un  tipo de ley que se conoce con la razón de cada uno. Es decir, no solamente va incluida en la condición de cada ser humano, o sea que forma parte de la esencia de la persona, sino que es accesible a la conciencia particular de cada persona.

Tomás de Aquino afirma que tanto en el campo de las ciencias y los saberes teóricos (en la  filosofía especulativa), como también en los asuntos prácticos de la ética y de la política, es decir de la vida humana en relación, nos encontramos con que existen unos fundamentos básicos, unos “axiomas” o principios cuya verdad es evidente y no necesita de más demostración. (No son demostrables precisamente porque son las bases de toda demostración, de todo conocimiento.)

En el caso de la razón práctica, esos principios son los “preceptos” de la ley natural, y se trata de determinar si hay uno o muchos.

Un problema de esos axiomas y preceptos, que son evidentes en sí mismos, objetivamente, es que también lo sean para nosotros, subjetivamente; es  decir, que nosotros lleguemos a conocer su verdad.

Tomás de Aquino afirma que entre las cosas que todos conocemos que son verdades evidentes hay un cierto orden. Así, lo primero que alcanza nuestra inteligencia es la noción de ser, la realidad. A partir de este primer concepto reconocido se obtendrán los demás.

De igual modo, en el terreno de la razón práctica (la ética), el bien es lo  primero que se alcanza por la inteligencia aplicada a nuestras acciones, a la conducta, Cuando actuamos (cuando somos agentes), actuamos por un fin, y eso es porque lo consideramos un bien: «el bien es lo que todos apetecen».

En consecuencia, la primera obligación contenida en la  ley natural que «El bien ha de hacerse y buscarse; el mal ha de evitarse». De esta primera obligación o precepto se siguen todas las demás obligaciones, cuando la razón práctica las reconoce (“sindéresis”) como parte del bien humano.

Esas obligaciones se estructuran de una manera sistemática, siguiendo el orden de las “inclinaciones” de los seres humanos.

En primer lugar hay en los seres humanos una tendencia que le es común con todas  las otras realidades, a la conservación de su propio ser: “pertenece a la  ley natural todo aquello que ayuda a la conservación de la vida humana e impide su destrucción”.

En segundo lugar, encontramos en el hombre una tendencia que tiene en común con los demás animales: la reproducción, el cuidado de los hijos, etc. Tomás de Aquino incluye tendencias “sociales”, y que no definen la animalidad como instinto agresivo, al  contrario.  

En tercer lugar, existe la tendencia propia de una naturaleza  racional. Reiteramos que la inteligencia racional es la cualidad específica de los seres humanos, a diferencia de otros animales. Esta tendencia lleva a las personas a buscar la verdad sobre y a vivir en sociedad. Esto implica obligaciones como las de evitar la ignorancia,  respetar a los otros ciudadanos, etc.

En definitiva, la ley natural es única, en tanto se basa en la búsqueda del bien pero contiene diferentes “preceptos” (obligaciones) puesto que encontramos en el ser humano diferentes tendencias. (Recordemos la estructura tripartida del alma platónica.)

4. A modo de resumen, y para valorar el alcance de las ideas de Tomás de Aquino sobre este concepto:

La ley natural se basa en las inclinaciones o disposiciones básicas: comunes con todos los seres (la tendencia a la preservación), con los animales (tener hijos y cuidarlos), y propias de la racionalidad de los seres humanos (conocimiento de la verdad y vida en sociedad).

La ley natural es inmutable (no puede cambiar, basada en la naturaleza eterna del hombre; recordemos que creado a imagen de Dios), evidente a la razón y universal (común a todos los seres humanos).

En cuanto a las consecuencias política, el derecho positivo (las leyes) debe basarse en lo que establece la ley natural. Las leyes no son válidas si son impuestas arbitrariamente por los gobernantes, si siquiera si son fruto de un pacto. Lo principal es que deben concordar con la ley natural.



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