11 abril 2009

FILOSOFIA 2º BACH CT/HUM, NIETZSCHE, ANTEPENÚLTIMO APARTADO

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Contrapongamos a esto, por fin, el modo tan distinto como nosotros (-digo nosotros por cortesía ... ) vemos el problema del error y de la apariencia. En otro tiempo se tomaba la modificación, el cambio, el devenir en general como prueba de apariencia, como signo de que ahí tiene que haber algo que nos induce a error. Hoy, a la inversa, en la exacta medida en que el prejuicio de la razón nos fuerza a asignar unidad, identidad, duración, sustancia, causa, coseidad, ser, nos vemos en cierto modo cogidos en el error, necesitados al error; aun cuando, basándonos en una verificación rigurosa, dentro de nosotros estemos muy seguros de que es ahí donde está el error. Ocurre con esto lo mismo que con los movimientos de una gran constelación: en éstos el error tiene como abogado permanente a nuestro ojo, allí a nuestro lenguaje. Por su génesis el lenguaje pertenece a la época de la forma más rudimentaria de psicología: penetramos en un fetichismo grosero cuando adquirimos consciencia de los presupuestos básicos de la metafísica del lenguaje, dicho con claridad: de la razón. Ese fetichismo ve en todas partes agentes y acciones: cree que la voluntad es la causa en general, cree en el "yo", cree que el yo es un ser, que el yo es una sustancia, y proyecta sobre todas las cosas la creencia en la sustancia-yo -así es como crea el concepto "cosa"... El ser es añadido con el pensamiento, es introducido subrepticiamente en todas partes como causa; del concepto "yo" es del que se sigue, como derivado, el concepto "ser"... Al comienzo está ese grande y funesto error de que la voluntad es algo que produce efectos,- de que la voluntad es una facultad... Hoy sabemos que no es más que una palabra... Mucho más tarde, en un mundo mil veces más ilustrado, llegó a la consciencia de los filósofos, para su sorpresa, la seguridad, la certeza subjetiva en el manejo de las categorías de la razón: ellos sacaron la conclusión de que esas categorías no podían proceder de la empiria, - la empiria entera, decían, está, en efecto, en contradicción con ellas. ¿De dónde proceden, pues? - Y tanto en India como en Grecia se cometió el mismo error: "nosotros tenemos que haber habitado ya alguna vez en un mundo más alto (- en lugar de en un mundo mucho más bajo: ¡lo cual habría sido la verdad! ), nosotros tenemos que haber sido divinos, ¡pues poseemos la razón!"... De hecho, hasta ahora nada ha tenido una fuerza persuasiva más ingenua que el error acerca del ser, tal como fue formulado, por ejemplo, por los eléatas: ¡ese error tiene en favor suyo, en efecto, cada palabra, cada frase que nosotros pronunciamos! -También los adversarios de los eléatas sucumbieron a la seducción de su concepto de ser: entre otros Demócrito, cuando inventó su átomo... La "razón" en el lenguaje: ¡oh, qué vieja hembra engañadora! Temo que no vamos a desembarazarnos de Dios porque continuamos creyendo en la gramática...

Comentemos (12-4-09):

Empezamos marcando en rojo expresiones y términos que son importantes, porque los debemos conocer ya como palabras que emplean los filósofos, o que nosotros tenemos que emplear para entenderlos correctamente a ellos (si nos interesa).

Expresiones marcadas en rojo... y fragmentos de texto marcados en rojo. El texto no tiene desperdicio.

Digamos que lo marcado en rojo nos tiene que llamar la atención, no por el color de la fuente de texto, sino porque nos recuerde argumentos y términos de otros pensadores. En este apartado, en concreto, tenemos que pensar, evidentemente, en Platón y en Descartes. Pero tenemos que saber que Nietzsche argumenta en contra (esto lo digo yo, pero tú no lo escribas en un examen: los filósofos no son abogados que se pelean... porque a veces son peores) de Platón y Descartes, a causa de que éstos son filósofos que se basan en la razón; es decir, en la creencia en la razón...

Y, ¿en qué consiste o en qué se basa la razón -se pregunta Nietzsche, y se responde él mismo en el texto, en este fragmento?

La razón, según Nietzsche la razón es un prejuicio y se constituye a base de prejuicios.

Justo lo contrario de la tesis de Descartes, que sostenía que la razón inspirada en un método era capaz de deshacerse de los prejuicios, creencias infundadas que la experiencia nuestra, nuestro aprendizaje, las enseñanzas contradictorias de los maestros, etc.

Pues no, para Nietzsche existe un "prejuicio de la razón", como una especie de adoración religiosa y supersticiosa de la "diosa" razón, como si ésta fuera lo más alto o nos pusiera en contacto con lo más alto y supremo, a través de los conceptos que crea (como los que he marcado en rojo en el fragmento de ahora; ¿localizas los que son?). Como si creyéramos que la razón nos pone en contacto con lo más alto, con lo supremo: las Ideas en Platón, o Dios en Descartes y en muchos otros filósofos, cristianos o no.

Pues no: la razón no nos ponen en contacto con lo superior, con un mundo inteligible y más perfecto que éste, sino que la razón, la inteligencia, se basa en lo más grosero (lo más grueso, lo más basto o rudimentario) que existe, en el lenguaje.

Más que el lenguaje sea grosero, se trata de que creerse el lenguaje, aquello que hablamos o escribimos, sí que constituye una simpleza, una ingenuidad. "Fetichismo" (creencia en fetiches, en ídolos, es el término que emplea Nietzsche).

Es como si pensáramos que todo aquello que decimos con nuestras oraciones simples se corresponde exactamente, punto por punto, con lo que sucede en el mundo realmente... Parece cosa de niños. Para Nietzsche los filósofos son justamente esos niños crédulos...

(To be continued)

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