03 abril 2009

FILOSOFIA 2º BACH CT/HUM, SEGUIMOS CON EL TEXTO DE NIETZSCHE

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Pongo a un lado, con gran reverencia, el nombre de Heráclito. Mientras que el resto del pueblo de los filósofos rechazaba el testimonio de los sentidos porque éstos mostraban pluralidad y modificación, él rechazó su testimonio porque mostraban las cosas como si tuviesen duración y unidad. También Heráclito fue injusto con los sentidos. Estos no mienten ni del modo como creen los eléatas ni del modo como creía él, - no mienten de ninguna manera. Lo que nosotros hacemos de su testimonio, eso es lo que introduce la mentira, por ejemplo la mentira de la unidad, la mentira de la coseidad, de la sustancia, de la duración... La "razón" es la causa de que nosotros falseemos el testimonio de los sentidos. Mostrando el devenir, el perecer, el cambio, los sentidos no mienten... Pero Heráclito tendrá eternamente razón al decir que el ser es una ficción vacía. El mundo "aparente" es el único: el "mundo verdadero" no es más que un añadido mentiroso...

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¡Y qué sutiles instrumentos de observación tenemos en nuestros sentidos! Esa nariz, por ejemplo de la que ningún filósofo ha hablado todavía con veneración y gratitud, es hasta este momento incluso el más delicado de los instrumentos que están a nuestra disposición: es capaz de registrar incluso diferencias mínimas de movimiento que ni siquiera el espectroscopio registra. Hoy nosotros poseemos ciencia exactamente en la medida en que nos hemos decidido a aceptar el testimonio de los sentidos, -en que hemos aprendido a seguir aguzándolos, armándolos, pensándolos
hasta el final. El resto es un aborto y todavía-no-ciencia: quiero decir, metafísica, teología, psicología, teoría del conocimiento. 0 ciencia formal, teoría de los signos: como la lógica, y esa lógica aplicada, la matemática. En ellas la realidad no llega a aparecer, ni siquiera como problema; y tampoco como la cuestión de qué valor tiene en general ese convencionalismo de signos que es la lógica.-


(Los comentarios, después)

Pero no me resisto a poner en rojo (señal de peligro, señal de llamar la atención: la vuestra) buena parte del parágrafo 2. Se mienta el nombre de Heráclito (el filósofo del "todo fluye"; el filósofo que mantiene la opinión de que la realidad consiste en cambio, en continua creación y destrucción; la doctrina de que la armonía surge nada más que del conflicto).

Se opone su nombre al "resto del pueblo de los filósofos". Observa ya que esto representa una total falta de respeto de Nietzsche (que había estudiado Filología Clásica) por el sentimiento de casta, normalmente aristocrático y antiplebeyo, de los filósofos.

Por ejemplo:

Platón predicaba el ideal del filósofo-rey, del gobernante-sabio y del sabio-gobernante. Nada democrático. Tampoco se manifiesta democrático Descartes con ese camino ("método") que él recomienda para su mente y no para otras... pero se excusa diciendo que lo hace porque no le convencen las opiniones que han ido imbuyendo en su experiencia propia los demás maestros. Es decir, que pone su mente (metódica, esto sí; sometida a reglas simples y fáciles) por encima de la pluralidad de las voces, aunque sean maestros. Esto tampoco es muy democrático.

Entonces lo que hace Nietzsche es asestar una bofetada en el orgullo de los filósofos (de la filosofía), y señalarles que de aristocráticos no tienen nada: que son una masa y despreciable.

¿Por qué lo hace?

La respuesta está en lo que viene después del nombre de Heráclito (venerado por Nietzsche, aunque no diga Nietzsche que Heráclito no se equivoca, porque también escribe que se equivoca): los filósofos rechazan lo que muestran los sentidos. Justamente lo que empieza haciendo Platón.

Lo que Nietzsche quiere apuntar es que los filósofos rechazan ese cuerpo al que pertenecen los sentidos. Es decir, no solamente que los sentidos yerran y no nos manifiestan la verdad, sino que el cuerpo peca y nos aparta (con sus inclinaciones) de esa "buena voluntad" que era lo mismo que el deber y la ley moral para Kant. (Aunque Kant no era nada ingenuo: escribía que la voluntad de un ser humano no es santa, ni pura ni perfectamente racional.)

Ahora bien, rechazar el cuerpo equivale para Nietzsche a rechazar la vida (recordemos la "mímica de sepultureros" del primer parágrafo). A rechazar la vida tal y como se presenta: racional pero también ingenua; alegre, aunque también peligrosa; hecha de satisfacciones y felicidad, y también de dolor, destrucción y muerte. De armonía, y asimismo de conflicto. Afirmar la vida tal como se da, en eso consiste el "evangelio" de Nietzsche, la "buena nueva" que él pronuncia frente a todo lo que han sostenido los componentes del pueblo de los filósofos...

Nietzsche dice sí a la naturaleza. Es "naturalista". Los filósofos habían sido "sobrenaturalistas". En suma, los filósofos han mirado hacia lo sobrenatural, han sido espíritus religiosos, como los sacerdotes.

O sea: que tampoco han sido tan racionales, puesto que la religión se basa en la fe, en una creencia sin fundamentos firmes. En suma: ni aristocráticos ni racionales. Parece que los filósofos no se han conocido a sí mismos de una manera adecuada, que no han alcanzado la verdad acerca de su propia condición, a pesar de su inteligencia. Les ha faltado espejo, Nietsche se lo facilita y no son nada bellos. ¿Qué se esperaban?

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