02 septiembre 2006

Sto. Tomás: Si se abandonase al esfuerzo de la sola razón

(Seguimos en la p. 21)
¿Qué es esa "sola razón" que se esfuerza por sí sola? Quiere decir la razón y nada más: significa la inteligencia de cada hombre, sin otra/s ayuda/s: sin necesidad de la fe religiosa, de la tradición (prejuicios, costumbres, creencias heredadas...), incluso sin la necesidad del testimonio de los sentidos (literalmente: sin necesidad de lo que dicen los ojos y los oídos).

Parece éste un terreno extraño: ¿quién podría andar por él? (por la sola razón, la inteligencia pura). La historia, que no es el lugar de la inteligencia pura (¿esto es bueno o malo?), nos ofrece un caso excepcional: el pensamiento matemático, las ciencias exactas (porque emplean la razón y nada más, sólo la razón, estas disciplinas son exactas).

Sto. Tomás se está refiriendo, más bien, con la expresión "sola razón" al pensamiento filosófico: algo que te parecerá totalmente apartado de las matemáticas. No siempre fue así: matemáticas viene de "mathesis", que significa aquello que se puede aprender, y de hecho se aprende; Sócrates, que definió por fin lo que era la filosofía, señaló que ésta consiste en el aprendizaje por uno mismo, en la autoenseñanza que viene cuando uno pone en marcha su reflexión. Sócrates lo demuestra tomando como alumno ocasional a un esclavo, al que conduce a que descubra por sí mismo un teorema matemático.

Sucede una cosa realmente curiosa: las matemáticas, el primer saber del hombre, antes de la filosofía, un saber (el matemático) que se da a la par que surgen las primeras grandes civlizaciones de los ríos (Mesopotamia, Egipto), circularán a través de las distintas civilizaciones históricas: constituyen un conjunto de conocimientos coherente en el tiempo, y esto significa su permanencia, su continuidad. Pero, ojo!, esto no quiere decir que no existan innovaciones en el campo de las ciencias exactas. Al contrario: justamente porque las hay han resultado posibles los avances de las ciencias físico-químicas, biológicas, y la inflación de artefactos tecnológicos de nuestro mundo. Lo que pretendo decir es que puedes reunir un congreso de matemáticos que se podrán entender en un idioma común... el matemático.

Pues bien (volvamos a Sto. Tomás): si la razón en general, si cuando las personas se ponen a pensar (meditar, reflexionar, divagar, imaginar, criticar...) actuaran como matemáticos y se pusieran de acuerdo acerca de las cosas que importan, entonces, no habría ningún inconveniente. Pues bien, los hay, y Sto. Tomás los señala.

El primero de ellos es sorprendente: no todos los hombres están capacitados para encontrar la verdad: aunque se emprenda la investigación con las herramientas adecuadas, con método, hay personas que por su "complexión fisiológica" no pueden llegar hasta el final. ¿Esto es realmente así?

René Descartes sostendrá justamente lo contrario, en apariencia: un hombre de "buen sentido", siguiendo unas reglas sencillas, un método, podrá alcanzar cualquier conocimiento, ninguna verdad se le escapará si es suficientemente cuidadoso y ordenado, si se aplica a su mente de científico la misma prudencia que le debe orientar en sus asuntos prácticos (cotidianos, mundanos, políticos).

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